Primer ministro japonés renuncia por crisis política

Tokio.- El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, presentó hoy su renuncia acorralado por la crisis política que deriva de su incapacidad para lograr un acuerdo con la oposición en temas de importancia estratégica. Abe, que no pudo recuperar la confianza de los japoneses después de sus escándalos en el Gabinete y su derrota electoral legislativa, cede así a las presiones y críticas de la oposición y abandona el cargo menos de un año después de asumirlo, si bien todavía no dio una fecha exacta para su salida. El sucesor de Abe será elegido por la Cámara Baja, donde el Partido Liberal Democrático (PLD), que lo llevó al poder, dispone de una amplia mayoría. Para evitar un vacío político en la segunda mayor economía del mundo, el PLD decidirá el 19 de septiembre un sucesor para la jefatura del partido y del gobierno y uno de los candidatos con más posibilidades es el ex titular de Exteriores, Taro Aso, que comparte con Abe muchos puntos de vista conservadores. “Decidí esta mañana renunciar”, declaró el premier en una conferencia de prensa transmitida en la televisión local. “La derrota en las elecciones de julio fue grave, pero intenté continuar mi acción de gobierno en la voluntad de llevar adelante las reformas y no causar estabilidad”, explicó. “Los cambios en el gobierno no fueron todavía suficientes, por eso decidí renunciar a mi mandato y confiar al próximo premier la tarea de llevar adelante las reformas con renovada energía”, subrayó Abe, informa la agencia DPA. Las dificultades más importantes para lograr un acercamiento con la oposición estuvieron centradas en la legislación para continuar con un apoyo logístico en el Mar Arábigo a las fuerzas estadounidenses y sus aliados comprometidos militarmente en toda la región. Sin embargo, durante la conferencia de prensa Abe no mencionó la guerra en Afganistán ni la de Irak, aunque subrayó las dificultades para establecer un diálogo con la oposición de centroizquierda, que se niega a apoyar cualquier misión de apoyo militar a los aliados que no sea avalada por la ONU. Abe, un ultraconservador de 56 años, había asumido la jefatura del gobierno como sucesor de Junichiro Koizumi en septiembre del año pasado y al inicio de su gestión cosechó elogios por la mejora de las relaciones con China y Corea del Sur, que habían quedado gravemente dañadas con su predecesor. Pero los numerosos escándalos protagonizados por miembros de su gabinete, cinco de los cuales dimitieron y uno se quitó la vida, pronto cernieron las dudas sobre la capacidad de liderazgo del reservado primer ministro. En las elecciones para el Senado celebradas en julio, la formación política de Abe, que venía gobernando desde hacía más de 50 años, había sufrido la segunda derrota más sensible de su historia. A fines de agosto, Abe remodeló su gabinete en un intento de restaurar la confianza de los votantes. Sin embargo, el nuevo ministro de Agricultura renunció tras un escándalo financiero sólo una semana después de haber sido nombrado. En los últimos días, Abe ya había manifestado su disposición a dimitir si no lograba la prórroga por parte del Parlamento de una ley, que caducará el 1 de noviembre, para continuar el apoyo logístico que brinda la Marina japonesa a la misión internacional en Afganistán. El mayor partido de la oposición, el Partido Democrático de Japón (PDJ), que se hizo con el control del Senado en las elecciones de julio, rechaza decididamente la participación nipona en en la misión de Afganistán. Japón no participa directamente en acciones de combate en ese país, sino que su Marina abastece de combustible a los buques de las fuerzas aliadas estacionadas en el Océano Öndico. (Télam).-