Una normativa poco clara regula el uso de polarizados

Reclaman a la Intendencia la reglamentación de una ordenanza que data de 2004

La alta detección de vehículos con vidrios polarizados en las revisiones técnicas da cuenta de una práctica cada vez más en boga cuya normativa en Rosario es, a tono con los cristales, poco clara. Basta con saber que no se remiten autos al corralón por presentar esa modificación pero, si se los enviara por otro motivo, habrá que quitar el plastificado para poder recuperar el rodado.

En ese marco, hay concejales que reclaman a la Intendencia que reglamente una ordenanza al respecto, que data de 2004, mientras que desde la Dirección de Tránsito responden que existe un impedimento técnico.

En tanto, los colocadores piden reglas más claras y los usuarios, al parecer, cuando se ven obligados a retirar los laminados, lo primero que hacen es ir a ponerlos nuevamente.

Esencia. La colocación de láminas de seguridad y control solar —conocida como polarizado— en los vidrios laterales y traseros de los vehículos pasó de ser una cuestión de estética a algo relacionado con el confort y la seguridad.

Predominan aquellos que procuran resguardarse de los rayos del sol (“el aire acondicionado rinde más”) y los que se sienten más protegidos ante los robos.

“Antes venían los pibes para hacer facha. Ahora lo hacen señoras a las que ya les rompieron dos veces la ventanilla para robarles la cartera”, contó un comerciante del sector. Y explicó que hay laminados que, además de atenuar la visión del interior, impiden la perforación del cristal.

Sin embargo, más allá de estas tendencias, también se sostiene que los polarizados pueden ser riesgosos para la seguridad vial.

En Rosario el tema está supuestamente regulado por una ordenanza de 2004, que no fue reglamentada. El abogado de Tránsito Gustavo Franco señaló que el impedimento tiene que ver con la ley nacional, a la cual la norma local dice invocar.

“La ley regula la exigencia a los modelos nuevos, indica cómo deben salir los vidrios de fábrica en cuanto a la seguridad. Se prevé que tengan un 70% de transmisión de luz y que sólo filtre el 30”, dijo el letrado.

Luego agregó: “Pero la ordenanza rosarina establece el mismo parámetro sumado el vidrio y la lámina, aunque eso es imposible. Al salir de fábrica así, si le colocan algo superará ese guarismo”. Explicó, de ese modo, que la ordenanza votada en el Concejo no se cumple porque hay que adecuarse a la ley nacional.

El problema se genera al notarse que la ordenanza está vigente pero no reglamentada. Quiere decir que fue derogada la reglamentación que directamente prohibía los laminados, pero tampoco se implementaron las correcciones de la nueva.

De ese modo, no se puede multar a los que lucen los polarizados pero, en caso de caer en el corralón por otro motivo, o ahora en la revisión técnica, hay que sacarlos.

Aunque existe otro punto de vista. “¿Cómo saben qué porcentaje de luz deja pasar el vidrio si no hay máquinas que la midan?”, planteó el edil Jorge Boasso, a favor de la colocación de láminas pero también de su regulación.

Algunos comerciantes, como David Martínez (de Bass), pidieron que la ordenanza “se equipare con la de Buenos Aires, donde si desde una corta distancia se pueden ver los ocupantes, está permitido”.

Martínez, quien participa del armado de una cámara con otros colocadores, abogó por unificar los criterios con Buenos Aires y también con Uruguay y Brasil.

“La directora de Tránsito (Hebe Marcogliese) nos dijo que la ordenanza tiene un problema de redacción. Pero, de adoptarse el criterio de Buenos Aires, no tendríamos ese inconveniente”, señaló.