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miércoles,
12 de
septiembre de
2007 |
Estiman que habrá un aluvión de ingresantes en Medicina
Docentes opinan que con el acceso irrestricto se superarán las 2 mil inscripciones. Aseguran que no hay infraestructura ni presupuesto y que la facultad será inmanejable
La derogación de la Instancia de Confrontación Vocacional (ICV) en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), que reimplantó el ingreso irrestricto, provocará el año próximo un incremento explosivo en la matrícula de inscriptos. Lo aseguraron profesores de esa casa de altos estudios que, en medio de un fuerte debate dentro de la facultad, estimaron que así se volverá en poco tiempo a tener un promedio de 2.000 alumnos en el primer año.
La cuestión del sistema de ingreso en la facultad de Santa Fe y Francia no sólo tiene condimentos filosóficos. Los números aportan además un dato contundente. De acuerdo a fuentes de Gobierno de la UNR, este año fue la segunda en el ranking de facultades, con 1.610 inscriptos, detrás de Ciencias Económicas con 2.453 (ver recuadro).
“Con esa cantidad de ingresantes, la facultad es inmanejable”, afirmó un catedrático que prefirió mantener su nombre en reserva. “Este año no habrá problemas. El rebote lo vamos a tener el próximo y el siguiente cuando la información de que desapareció el examen de ingreso haya trascendido la provincia”, confió el médico que accedió a hablar en off hasta que el consejo directivo de la facultad tome una resolución.
En rigor, cinco consejeros académicos presentaron días pasados un pedido de impugnación ante el rector de la UNR, Darío Maiorana, para que se suspenda el ingreso irrestricto.
“He recibido consultas de colegas de Corrientes, donde se inscribieron cerca de mil chicos e ingresaron 200. Rosario es la única facultad, junto con la de Neuquén, que tiene ingreso irrestricto. En el resto hay que rendir examen”, remarcó el profesional de la salud, quien sin intenciones de dramatizar o caer en una actitud discriminatoria trazó el siguiente panorama: “Rosario se encuentra ubicada geográficamente en un lugar estratégico. Está cerca de Entre Ríos, Córdoba, Corrientes y Buenos Aires. Es casi seguro que los estudiantes de esos lugares limítrofes busquen en Rosario una salida que no tienen en sus provincias”.
En ese sentido, otro profesional allegado a la vida estudiantil destacó que “la cuestión no es acotar las posibilidades de acceder a la Universidad, sino de brindar apoyo a los estudiantes que tengan, además de ganas y voluntad, talento y capacidad. Así como está no le sirve a nadie”.
Salvedades. El docente que defiende el libre ingreso, pero con algunas salvedades, fue tajante: “De esta manera es absurdo. Hay que preparar a la facultad. Si se decide recibir a dos mil alumnos, hay que tener infraestructura. Hay cátedras que se caen a pedazos desde el punto de vista edilicio y hay profesores que ponen sus propias computadoras. En esas condiciones es irracional formar a 1.600 personas”.
Otro catedrático que se opuso a viva voz a lo resuelto por el consejo directivo de Medicina, aclaró: “Estamos de acuerdo con el ingreso libre y sin cupo, pero el chico tiene que tener vocación y un mínimo de conocimiento que le permita cursar los primeros años. La ICV no era el mejor camino, pero creemos que la solución no es abrir en forma total y absoluta. Así vamos a tener un promedio entre dos mil y tres mil ingresantes, y también vamos a tener problemas con la currícula porque el actual plan de estudio prevé un docente cada nueve alumnos. Con ese ingreso no tendremos profesores ni lugar para dar clases, ni obviamente presupuesto”.
En ese sentido, para el profesional “lo más lógico era mejorar el tipo de evaluación, acercándole a los estudiantes material para que lo vayan estudiando y para el año siguiente organizar un cursado de cuatro meses los sábados. Esto vendría bien para nivelar, todos sabemos que las escuelas medias son bastante desparejas”.
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Fotos
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Los estudiantes venían pidiendo el libre acceso a la facultad.
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