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miércoles,
12 de
septiembre de
2007 |
Querida maestra
Amalia Grande, te escribo porque sé que en alguna estrella recibirás mi mensaje que resume el cariño y la admiración que dejaste, durante tu transitar por esta tierra, entre tus alumnos y compañeros –de la Escuela Nº 72, Doctor J. B. Justo, ubicada en Vélez Sársfield 432– que tuvimos la suerte de compartir la misma vocación, en un tiempo no tan difícil como el de ahora. Te cuento: hoy alguien a quien vos querías mucho, mi hijo, conocedor profundo de tus valores, que te admiró siempre como persona y como profesional frente a un grupo de sus alumnas futuras profesoras de EGB. Te recordó y te puso como ejemplo. Un fuerte aplauso colmó el lugar. Yo sé que no te gustan estas cosas, pero te lo debo desde hace tiempo, te lo merecés. Vos sabés que en lo terrenal despertamos cada uno de nosotros distintos sentimientos, pero estoy segura que en la diversidad afectiva que inspiramos, vos ganaste por mayoría el corazón de tus alumnos y colegas por tener una vida tan rica en valores y capacidades. Elegiste siempre el camino de la verdad, la humildad y la sencillez todo con humor admirable. Como te conozco mucho, sé que sonreirás, guiñarás tu ojo derecho, y harás otro más a todos desde tu estrella. Gracias Amalia, por todo lo que diste y perdóname por demorarme tanto en hacerte saber todo lo que dejaste en ese tiempo hasta que un día el Señor decidió que en lugar de caminar por el asfalto con tu fitito, lo hicieras entre las estrellas. Quizás estés acariciando un niño o, como sos infinitamente creativa, escribiendo un cuento. Esta vez mi sobre es mi corazón y la estampilla un beso.
Alejandra Gómez de Rezzoagli, DNI 3.619.418
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