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 domingo, 26 de agosto de 2007  
El consumo de artículos suntuosos crece en Rosario
Si bien es minoritario, avanza el mercado premium que incluye a los ricos del campo

Silvina Dezorzi-Laura Vilche / La Capital

Hay otra ciudad, pero es muy cara. Allí se mueve gente capaz de comprarse un Porsche de 125 mil dólares, una crema para la cara de casi 2.000 pesos o un jean de 1.000. Integran el sector ABC1, en la punta de la pirámide social. El auge de esa demanda llevó incluso a que hace una semana abriera en Rosario la concesionaria de la automotriz alemana (ver suplemento Economía) y a que la “alta gama” de Audi (cuyos precios llegan a 150 mil dólares) logre colocar en la plaza local más de dos autos por mes. Ese sector premium no vive sólo en la ciudad, sino que llega del campo y poblaciones vecinas.

   Hasta hace unos años, para ver un Mercedes Benz nuevo, un Volvo o un Porsche había que ir a Buenos Aires. Hoy, en cambio, cada vez circulan más autos de alta gama por la ciudad y ya no es necesario mandar a pedir un artículo superexclusivo a Capital Federal. Rosario tiene su propio sector ABC1, de alto poder adquisitivo y, dentro de él, un segmento dispuesto a gastar mucho, muchísimo, para satisfacer caprichos y deseos.

   Si no, ¿cómo entender que un simple jean se venda “bien” a 1.000 pesos en un local del centro o que se agote el stock de vaqueros de otra firma a 560 pesos en un shopping?

   Cada rubro tiene sus marcas “top”, “premium” o “de lujo”, cuyos precios prácticamente no encuentran techo. Desde los que demandan inversiones mayores, como propiedades, autos y viajes, hasta los que son de uso diario, como relojes, ropa de hombre y de mujer, perfumes, cremas, vinos, delicatessen, zapatos, carteras y zapatillas.

   De hecho, según datos de la consultora CCR, especializada en investigaciones de mercado y consumo, entre el 2003 y el 2006, en los supermercados de todo el país la venta de marcas premium pasó del 7,2 al 10,2 por ciento sobre el total, superando incluso el volumen previo a la crisis del 2001. El estudio figura entre los pocos del país que caracterizan el “estilo de vida de la clase alta”.

   En cuanto al tipo de productos, el consumo “up grade” (o top) también subió fuerte. Por dar sólo un ejemplo: en igual lapso, la venta de frutos de mar creció 434 por ciento y los aderezos gourmet, 133.

   Es cierto que las tendencias de consumo no pueden explicarse sólo a partir de indicadores económicos porque, de hecho, también expresan y ponen en juego valores culturales. Sin embargo, algunos números ayudan a interpretar las diferencias de consumo entre los distintos sectores que están incluidos en la sociedad rosarina.



Los de arriba. Así, de acuerdo a CCR, la nueva estructura social argentina muestra un 5 por ciento de la población que aparece como la “clase top”, con ingresos promedio por arriba de 9.500 pesos mensuales, y un 15 por ciento de clase media alta.

   Lo interesante es que, entre las dos (que suman el 20 por ciento), concentran la mitad del ingreso total. Se trata de la famosa “brecha social”, que hace que los más ricos ganen en promedio 30 veces más que los más pobres, mientras en los países desarrollados la distancia es mucho menor (en Italia es de 14 a 1 y en Estados Unidos de 16).

   De todos modos, no todos los que tienen mucho dinero hacen lo mismo con él, ni han hecho siempre lo mismo. En Rosario, por ejemplo, no hace mucho tiempo que ese target encuentra locales exclusivos. Muchos aparecieron junto a los dos grandes shoppings que se instalaron en la ciudad, pero también hay marcas que se venden en el centro a precios increíbles.

   En los negocios que las ofrecen dicen que existe una clientela firme para ellas. En general, casi todos los vendedores señalan que una demanda fuerte (algunos, incluso, estiman que representa entre el 60 y el 70 por ciento de sus clientes) llega desde ciudades y pueblos de la región, con clientes ligados al campo.

   El gerente general de Marrocchi Exclusivos, Sebastián Alessio, sostiene que entre los compradores de los Audi de alta gama, que van de 80 mil a 150 mil dólares (según los modelos y adicionales ad hoc), se cuentan profesionales, “médicos, abogados, contadores y arquitectos”, y gente vinculada al sector agropecuario, “no sólo productores, sino también fabricantes y vendedores de maquinaria agrícola e insumos”.

   De esa marca, y por arriba de 80 mil dólares (también hay Audi desde 31 mil) en la plaza local se venden unas dos unidades y media por mes.

   “Se incrementó la tendencia a un consumo premium”, afirma Alesio, “en parte porque seguramente la persona con capacidad para comprar un auto de 100 mil dólares tiene el respaldo de un gran capital”. Por eso se pregunta: “¿Qué es esa plata si se es dueño de 1.500 hectáreas con soja?” .

   Y desde una zapatería chic, donde abundan las botas de más de 500 pesos, resumen el panorama: “¿Que si en Rosario hay plata? Sí, mucha”.

   Aun así, al menos aquí ese sector ultraexclusivo, dispuesto a gastar 4.000 pesos en una sóla compra de ropa, es minoritario. Por eso, de los productos costosísimos (ver infografía) no se trae demasiado. Pero la demanda existe y los vendedores se encargan de satisfacerla.
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Hasta hace unos años, para ver un Mercedes Benz nuevo, un Volvo o un Porsche había que ir a Buenos Aires.

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