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domingo,
26 de
agosto de
2007 |
Precios no aptos para cardíacos
Silvina Dezorzi-Laura Vilche / La Capital
“¿Que si se vende bien una crema de 1.890 pesos? Obvio... si no, no la traeríamos”. Sin inmutarse, una empleada de la perfumería Fanny le informó así a La Capital el precio y la “buena” salida que tiene en Rosario el pote de 50 mililitros de la microemulsión de origen suizo La Prairie Cellular Radiance Concentrate Pure Gold. Un cosmético que, según sostienen desde la propia línea, “tiene un mineral perfeccionador de oro de 24 kilates y la incandescencia de cristales de cuarzo y líquidos que confieren calidez a la piel”. A ese precio, “¡qué menos!”, dirían quienes no se ubican en el segmento ABC1 del consumo local.
Pero los escandalosos valores de la belleza no terminan allí. En el top five de las fragancias “hiperselectivas” también está presente la firma La Prairie. Se trata de “Silver Rain”, un perfume de 50 mililitros y 470 pesos, contenido en una “lujosa gota de lluvia plateada”, describe la gerenta de marketing de Juleriaque, María Candela Zamarguilea.
La indumentaria también tiene sus exquisiteces, aunque sea sport. Las zapatillas Nike con chip (que miden ritmo cardíaco y consumo de calorías, como si se tuviera una cinta de correr en cada pie) rondan los mil pesos y el modelo Nike Air Max 180 se cotiza en 500 pesos. “Hay clientela para estos productos; están a la espera de cada novedad para salir a comprarla”, confirma Nelson Graells, el dueño de la cadena Sport 78.
¿Y qué mejor que acompañar un par de zapatillas con un jean?, podría preguntarse cualquiera. Cualquiera que no compre la popular prenda en la casa masculina Etiqueta Negra que viste a Marcelo Tinelli. Porque allí un vaquero cuesta 560 pesos, y desde el local ubicado en el shopping Portal Rosario sostienen que “ya se agotó el stock”.
Si las cifras aún no lo dejaron boquiabierto, lea esta otra: 1.000 pesos es lo que vale un jean Miss Sixty en el negocio de indumentaria femenina “Chic”, ubicado en Rioja al 1600. “Pero hay más baratos; los que más se vendieron son los de 825 pesos”, aclaran los empleados, como si fuera tan fácil llevarse media docena. “Acá compra mucho la gente del interior, dispuesta a pagar cualquier cifra, y los gatos ABC1, que pueden llegar a desembolsar 4 mil pesos en una sola compra”, se ríen por lo bajo desde la tienda.
Las botas de las damas top no bajan de los 500 pesos en las zapaterías Casino y Ferraro. “El 60 por ciento de nuestras clientas es de los pueblos de alrededor, gente de mucho dinero que paga en efectivo sin dudar y que es sencilla y amable; en contraposición al nuevo rico a quien lo caracteriza su prepotencia”, afirma Norma, desde el Shopping del Siglo.
El sector de mayor poder adquisitivo tampoco anda con chiquitas cuando da la hora. “Nuestros clientes, empresarios, profesionales y gente de campo, se interesan por relojes de 2 mil dólares en adelante, alguna vez también se dejan seducir por uno de oro valuado en unos 20 mil dólares”, comenta Daniel Guerrero, de la joyería Work de Córdoba al 1600.
Sus clientes compran para toda la familia: el Swatch para los hijos adolescentes, un Breitling suizo para ellos y un Longines o un Piaget de oro o platino por arriba de 5 mil dólares, para la mujer. Aquí quien tiene mucho dinero apela a marcas caras pero menos conocidas, por seguridad y exclusividad,”.
Guerrero no lo quiere decir pero cuando se refiere a “artículos de lujo” habla de máquinas suizas (Tag Heuer u Omega, por citar una más tradicional) y no del Rolex, cuyas copias, cada vez más exactas, se encuentran fácilmente en calle San Luis.
Algo similar ilustra Hernán Matas, de Rey de Copas. El famoso Luigi Bosca, que no faltaba en las mesas de negocios de la época de pizza y champagne del menemismo, quedó como emblema de vino caro de los 90. Pero ahora, quien puede comprar un vino costoso busca algo que no sea fácil de igualar, ni en sabor, ni en precio. El Weinert Estrella Cabernet cosecha 1979 cuesta 1.200 pesos la botella, “y en rigor, sale poco”, reconoció Matas. Pero los Trapiche Malbec Single Vineyard, de 250 pesos, o el Achaval Ferrer Finca Altamira, por 350, “venden hasta 6 cajas de 6 botellas al mes”.
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