|
sábado,
18 de
agosto de
2007 |
El karma canalla: se equivocó y cayó en el final
Raldes se equivocó de nuevo y Central lo pagó excesivamente caro ante el líder Independiente
Aníbal Fucaraccio / Ovación
Otra vez un error en el peor momento lo privó a Central de un premio merecido. Otra vez una desatención de Raldes lo dejó sin reacción. Otra vez la falta de fortuna le pasó una cruel factura a un equipo joven que se está encontrando con inesperadas piedras en su proceso de formación y aprendizaje. El triunfo de Independiente no fue un despojo. Fue un castigo. El gol de Denis sobre el final fue una daga entre las dudas canallas. Una lección que se debe aprender. Una herida que debe cerrar pronto.
Central había hecho los méritos necesarios para llevarse al menos un empate bajo la fría luna de Avellaneda. Pero sus inoportunas vacilaciones tiraron por la borda el esquema utilitario que había tramado Ischia para sacarle algo al puntero.
En el primer tiempo, los canallas fueron de menor a mayor. Al inicio cayeron presos de las ambiciones de Independiente, que se presentó con sus ropas de gala, de patrón de estancia, pero esa leve sensación duró sólo quince minutos. Después el Rojo se fue deshojando, careció de profundidad y sobre los 20’ perdió la pelota ante el acoso del combativo triple 5 auriazul. Ni Sosa ni el Rengo Díaz lograron tomar las riendas de su equipo y Denis se perdía sin la asistencia indispensable, gracias a que Borzani, Calgaro y Ledesma aparecían con la suficiente consistencia.
Allí el equipo de Ischia generó no menos de cuatro chances claras pero no pudo con la seguridad de Assman, quien se impuso en las dos más peligrosas: dos mano a mano, primero ante el Kitu Díaz a los 24’ y luego ante Ledesma a los 28’.
Central se fue al descanso más conforme y relajado. Con poco, con algo de orden y mucho esfuerzo, fue más que su rival y hasta ese momento todo parecía negocio.
En el complemento la historia no cambió mucho. Independiente desnudaba su inoperancia y Central respondía con audacia, aunque no hacía correr sangre en el área rival. Como en aquella contra que generó el debutante Seccafien, quien cortó un avance rojo, se bancó la marca y cruzó bien la pelota para la corrida de Núñez por izquierda, quien terminó sin resolver en la puerta del área cuando Vizcarra esperaba el centro.
Y cuando todo indicaba que el partido se consumía en el empate en cero, una corajeada de Pusineri por la derecha, luego de un centro largo de Oyola por el otro sector, puso la pelota en el área canalla, Raldes la pifió feo al intentar rechazarla con el pie derecho y dejó el triunfo servido a Denis, quien también mantuvo su racha como el boliviano, pero en este caso diametralmente opuesta. Fue delirio para el Diablo.
En el cierre, hubo un cabezazo de Vizcarra que pasó junto al palo izquierdo de Assmann pero ya era tarde. Las chances de Central se disolvieron en el error de Raldes. Otra vez se quedó con menos de lo que esperaba. Por su culpa. Por su karma.
enviar nota por e-mail
|
|
Fotos
|
|
Central no mereció quedarse sin nada en Avellaneda. Alvarez lo lamenta y más Raldes.
|
|
|