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sábado,
18 de
agosto de
2007 |
Desdibujado por error
La puesta en escena no desentonó. Tampoco deslumbró. En la semana Ischia y sus pupilos remarcaban con énfasis que ante el Rojo saldrían a atacar con tres puntas. Por eso cambió el dibujo táctico en relación al que empleó ante el Lobo platense la fecha pasada en Arroyito. Para esta ocasión plasmó sobre la oscura y fría noche de Avellaneda un 4-3-2-1, pese a que el DT había argumentado que pondría un 4-3-3. Más allá de los dichos del Pelado y compañía, Central quedó atrapado en el infierno por un nuevo error defensivo de Raldes.
Los guerreros terminaron de rodillas en rodeo ajeno. Y por mérito propio. Porque al igual que ante Gimnasia volvieron a fallar en la última línea. Y Denis, que anda endiablado, no dudó en fusilar a Alvarez cuando se le presentó la ocasión y trepó aún más en la tabla de artilleros.
En cuanto al dibujo táctico, lo de Central fue clarito. Se paró de entrada con un 4-3-3, pero a medida que comenzó la cuenta regresiva se convirtió en un 4-3-2-1, porque cuando el dueño de casa no largaba la pelota, se agrupaban a la línea del inicial triple cinco (integrado por Borzani, Calgaro y Ledesma), los juveniles Gervasio Núñez y Damián Díaz. Por lo tanto, José Vizcarra se erigió en el llanero solitario en la ofensiva auriazul. El delantero se las tuvo que bancar solo en gran parte del encuentro con los cuatro del fondo rojo.
Si bien esta vez los hombres de ofensiva de Independiente (Oyola, Díaz, Denis y Sosa) no aparecieron con toda su furia, bastó con que el rubio goleador tenga su minuto de fama para ratificar que el Rojo viene derecho en este Apertura pese a que no convence en su juego colectivo. La realidad marca que Central no fue menos que el vencedor pero las estadísticas indican que los tres puntos quedaron en poder del por ahora único líder del torneo.
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