En uso la principal pista aérea de Congonhas

San Pablo. — Los aviones están usando nuevamente la pista principal del aeropuerto de esta ciudad, el de mayor tráfico en Brasil, casi dos semanas después de la peor tragedia aérea en la historia del país. Un avión de TAM fue el primero en aterrizar en la pista de 1.939 metros de largo (6.362 pies) el viernes, pero la aerolínea impuso nuevas restricciones desde el accidente y sostiene que no utilizará el aeropuerto de Congonhas cuando esté lloviendo.

   El tránsito en dicha terminal aérea había estado restringido a una pista auxiliar de 1.436 metros desde el accidente, mientras los investigadores intentaban determinar si el estado de la pista principal tuvo algo que ver en el choque. Las dos pistas son relativamente cortas para los parámetros actuales.

   Los medios locales reportaron ayer que un juez federal había desestimado una petición de la fiscalía de San Pablo para cerrar temporalmente ambas pistas. “Ninguna de las inspecciones realizadas nos permiten establecer una relación entre las hipotéticas condiciones inseguras de la pista principal y el accidente”, dijo el juez Clecio Braschi.



Improcedente. Una de las principales hipótesis sobre el accidente gira en torno a que la pista estaba mojada, sin ranuras suficientes para el drenaje del agua, lo que pudo haber complicado las tareas de freno durante el aterrizaje del avión de TAM. “No parece procedente el argumento de que la pista principal sólo sería segura después de la instalación de ranuras en el pavimento, porque ni siquiera son condición esencial para sacar el agua de la pista”, dijo el juez en su fallo. Los fiscales habían pedido el cierre de las pistas de Congonhas hasta la finalización de las investigaciones, que pueden demandar años.

   En tanto, el inspector encargado de revisar la pista principal del aeropuerto antes de la tragedia, admitió que realizó su trabajo dentro de un automóvil, porque llovía, y que no vio problemas para el funcionamiento de la estación aérea el día del accidente. El caso es presentado por el diario La Folha de Sao Paulo como el del inspector “que ni se bajó del automóvil” para revisar la pista principal, donde se produjo la tragedia. El inspector se llama Agnaldo Estevez y forma parte del equipo de control de la empresa estatal Infraero, que regula la actividad de los aeropuertos. Infraero alega que son habituales los avisos dados por las torres de control a los pilitos cuando la pista está resbaladiza.