Contra los cupos en la Facutad de Medicina

A la hora de evaluar los cursos de ingreso a Medicina, el secretario de Políticas Universitarias, Alberto Dibbern, no dudó en pronunciarse en contra, más allá de los logros académicos que las autoridades de esa facultad esgrimen tras la puesta en marcha de la Instancia de Confrontación Vocacional (ICV).

   “Es lógico que si uno hace una selección de los mejores, el resultado va a ser óptimo, porque como sucede en muchas universidades argentinas la ecuación ingreso-egreso, es muy baja. Siempre fui un defensor de la Universidad abierta, y creo que necesitamos más estudiantes que nunca. El problema es que no solamente tienen que ingresar, sino que también tienen que egresar. Esto no es un problema exclusivo de los estudiantes, sino de un sistema desarticulado entre las instancias educativas que produce que muchos jóvenes se encuentren con un camino difícil en la educación superior”.

   “En el caso de Medicina, no estoy de acuerdo con los cupos. Hay dos discusiones, no hablo de los intereses corporativos por la cantidad de médicos. Aquellos que dicen no más médicos porque hay muchos, ¿muchos para quien?”

    —¿Pero un Estado no tiene que guiar de acuerdo a sus necesidades prioritarias?

   —Sí. Y en esas prioridades no está medicina, están las ingenierías, las ciencias de la tierra, las ciencias básicas, por eso hay becas para esas disciplinas. Todos los países del mundo necesitan gente más capacitada. Nosotros no podemos imponernos sobre las vocaciones, pero sí decimos cuales son prioritarias.

   —¿No cree que las vocaciones sufren también los vaivenes de la moda?

   —No tengo ninguna duda. Todos sabemos que en el mundo desarrollado lo importante es tener población educada y formada, más allá de las materias primas y de las condiciones naturales.