Opinión: La Justicia y el futuro de Central

La idiosincrasia de los clubes de fútbol en el mundo tienen una manera muy particular de manejar sus tesorerías. El fútbol con el correr del tiempo se convirtió en un negocio. Esto no tiene nada que ver con la pasión y el sentimiento del hincha. Boca, cuando comenzó la gestión Macri, tenía jugadores de la inferiores y las figuras pertenecían al fondo de inversión. Ese equipo con Carlos Bianchi como técnico ganó todo y nadie preguntó si los jugadores eran del club o de los inversores. Estas preguntas solamente las hacen los opositores. Los hinchas comunes quieren que nadie meta la mano en la lata y que el equipo gane torneos y copas. Por eso da mucha lástima cuando se escucha de algunos dirigentes "primero hay que ganar el torneo económico". El hincha quiere ganar en la cancha y descuenta que la persona que los dirige tendrá la suficiente creatividad, capacidad y honestidad para resolver las cosas. Por eso, cuando los clubes se presentan a la Justicia su futuro es muy preocupante.

El tiempo, que no perdona, señalará a los responsables y les quitará el sueño a muchos de ellos. En este contexto, la actualidad auriazul nos muestra que desde hace varios años, razones estrictamente personales, han llevado a la institución a un ámbito inadecuado. La Justicia, que comenzó a participar cuando el club se presentó en convocatoria, está desbordada por las distintas presentaciones y denuncias instaladas por miembros de la comisión directiva en varios juzgados de los tribunales provinciales. La jueza ha separado de sus cargos a tres altos miembros de la comisión, porque habrían incurrido en el delito de estafa y asociación ilícita, mientras que el presidente tiene también presentaciones en su contra por administración fraudulenta y no se entiende cómo aún sigue en el cargo.

Como están hoy las cosas, la Justicia tendría que elegir entre la intervención o el fideicomiso. Lo más saludable para la institución es la intervención y el llamado a elecciones. Pero para esto, y hasta que no se expida la Justicia, ningún dirigente y menos los sospechados deben permanecer en el club, ya que en esta circunstancia nadie tendría que ser oficialista y lo que agrava la situación es que ya el socio y el hincha no quieren saber nada con ninguno de ellos. l