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 domingo, 17 de junio de 2007  
“En Argentina contribuimos al calentamiento global”
Matilde Rusticucci es docente de la UBA y dice que el Estado en todos sus niveles debe “prevenir”

Eugenia Langone / La Capital

El cambio climático está. Anticiparse y poner en marcha estrategias de prevención para reducir los efectos negativos forma parte del trabajo que debe poner el marcha el Estado en sus diferentes niveles. Así lo plantea Matilde Rusticucci, profesora adjunta en el Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la Universidad de Buenos Aires e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). “Los países en vías de desarrollo, como la Argentina, deben concentrarse en cómo nos vamos a adaptar a los cambios que se vienen”, aseguró la especialista, quien estuvo en Rosario para participar del Ciclo de Concientización sobre los Efectos del Cambio Climático que se llevó adelante en el Concejo Municipal.

  —¿Hay una mirada apocalíptica sobre el cambio climático y el calentamiento global?

  —El cambio está y es así, pero el tono apocalíptico se lo da la gente en general. Nosotros como investigadores planteamos las cuestiones que encontramos y que podemos comprobar científicamente con un alto grado de certeza. El cambio climático está y el calentamiento global es inequívoco y va a continuar siendo así. Creo que más allá de esa visión apocalíptica, tenemos que tener claro que no nos vamos a incendiar mañana ni vamos a tener 50 grados; pero sí saber que el clima cambia y va a seguir cambiando. Y cuanto más conozcamos, más preparados vamos a estar ante esos cambios.

  —Además del trabajo de concientización, ¿qué es lo que puede llegar a hacer la gente común para aportar su ayuda en esta problemática?

  —La gente puede sobre todo colaborar en el ahorro de energía. Tenemos electricidad gracias a la combustión de residuos fósiles y gracias a eso también tenemos dióxido de carbono en la atmósfera. A nivel personal cada uno puede ahorrar energía, ya sea electricidad o gas. No sólo se contribuye a que no tengamos crisis energéticas, sino además que no tengamos que producir en exceso. Esa es la forma en la que se apunta a la mitigación de gases porque si bien en la Argentina no somos los principales emisores de gases y lejos estamos de serlo, tampoco somos inocentes. Contribuimos al cambio climático.

  —Con otra magnitud, ¿qué pasa con los diferentes niveles del Estado?

  —Los Estados desarrollados están preocupados justamente por el derroche de energía que se está haciendo y trabajan en campañas de concientización de la población sobre la importancia del ahorro. Esas son medidas a largo plazo. Nosotros, los llamados países en vías de desarrollo, debemos concentrarnos más en cómo adaptarnos a los cambios que vienen.

-¿Eso significa tomar medidas preventivas?

-Significa justamente ver cómo nos vamos a adaptar a los cambios, pensar en qué tenemos que hacer y qué medidas tenemos que tomar para adecuarnos a las nuevas condiciones climáticas que se están dando y que se vendrán en los próximos años. Entonces, esas medidas de adaptación deberían ser dirigidas por los gobiernos en todos sus niveles, porque cada sector va a tener un rol diferente en relación a las acciones a tomar y de acuerdo a la localización, y a los diferentes sectores de esos gobiernos. Por ejemplo, en materia de salud, si sabemos que vamos a tener un clima que favorezca la reproducción del mosquito del dengue, tenemos que estar preparados y trabajar en las medidas sanitarias adecuadas para evitar que la enfermedad se propague. Estas son medidas que escapan a las acciones individuales de cada vecino y que deben ser tomadas como políticas de Estado, de acuerdo a las características y a los impactos que sufra cada ciudad y cada zona del país.

-Rosario ya sufrió alguna de las consecuencias del cambio climático, como el granizo de noviembre y las lluvias de marzo ¿Fue sólo el comienzo?

-No sé si el comienzo, pero sí se que estos fenómenos van a ser más habituales. Es decir, estos eventos severos y extremos ya han subido su frecuencia y van a seguir haciéndolo.
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