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 miércoles, 27 de diciembre de 2006  
Asistencia. Una red de voluntarios trabaja contra la exclusión
El programa Nunca es Tarde plantea una manera distinta de alfabetizar
La Federación Universitaria Argentina desarrolla un plan de educación permanente para toda la población

El programa de alfabetización Nunca es Tarde es un proyecto desarrollado por la Federación Universitaria Argentina (FUA) que se lleva a cabo desde 1996. Esta propuesta, basada en los pilares de la educación popular, se desarrolla mediante convenios con distintas federaciones universitarias y centros de estudiantes nucleados en la FUA, universidades nacionales y distintas ONGs.

El proyecto pretende generar y articular una red de voluntarios que desarrollen acciones orientadas a promover el concepto de educación permanente, mejorar la calidad de vida de la población y superar las condiciones de exclusión estructural.

En Rosario, el programa está coordinado por la asociación civil Nunca es Tarde que firmó un convenio de asistencia recíproca con la Secretaría de Extensión y Servicios de la Comunidad de la Facultad de Psicología. Los objetivos del acuerdo son promover el compromiso de la ciudadanía a partir de la propuesta política-pedagógica del programa Nunca es Tarde, así como también contribuir con la reducción del analfabetismo en Rosario y sus zonas de influencia, fortaleciendo la inserción escolar de los niños en situación educativa de riesgo.


Educación popular
"No sólo trabajamos con los jóvenes y adultos que nunca pudieron pasar por el sistema formal sino que también empezamos a implementar la educación popular o lo que se suele denominar como escolar, debido a la demanda surgida en los barrios. Así trabajamos con el universo de más difícil abordaje hoy en la Argentina, los que están en el sistema formal pero débilmente contenidos que son 5 de cada 10 personas", dijo Damián Sió, presidente del programa de alfabetización.

"La fotografía de un centro de educación son mamás o abuelos con niños y algunos adolescentes. Es ahí donde el alfabetizador tiene que duplicar los esfuerzos, no solamente tiene que preparar actividades para el adulto sino también para sus hijos", advirtió.

El programa apunta a "bajar a tierra los contenidos", destacó Mariano Sironi presidente de la asociación civil Nunca es Tarde y explicó: "Los conceptos no se trabajan en un plano abstracto sino que tienen que ver con las operaciones que los chicos realizan en su barrio. Muchas veces al sistema formal le cuesta desarrollar los contenidos de esta manera".

A partir de 2000, el programa deja de tener alfabetizadores exclusivamente universitarios y comienzan a hacerse convocatorias abiertas a toda la comunidad. "De esta forma empezamos a tener gente de distintas edades y educaciones, comenzaron a convivir estudiantes con jubilados, docentes, estudiantes terciarios y se sumaron personas que trabajan en entidades civiles. Hoy más de la mitad de los alfabetizadores que trabaja en el proyecto no son universitarios", indicó Sironi.

"La alfabetización no se resuelve con la escuela de adultos, lo que hay que hacer es ir a buscar al afabetizando y ese ir a buscar implica construir un puente, generar un diálogo que las instituciones formales no lo pueden hacer. El que llega a la puerta de una casa, golpea, insiste y trata de convencer al vecino, es un alfabetizador voluntario, nunca es una escuela a partir de su cartel. Esto es lo que le da al proyecto su razón de ser", afirmó Sió.

Los responsables del programa sostienen que el proyecto va mucho mas allá de lo educativo, intenta crear conciencia ciudadana y crítica, fomentando una participación política activa, que sirva para la transformación de la realidad a partir de sentirse protagonista.


Alta rotación
"Todo programa de voluntariado es de alta rotación, lo que queda es la transformación de la situación de miles de familias en todo el país que a partir de la alfabetización y la educación popular, tienen con que pelearla y desafiar a la exclusión estructural que los margina. Nuestro objetivo es generar una propuesta transformadora, no que los marginados puedan leer correctamente el formulario de Jefas y Jefes de Familia para llenarlo, sino que puedan luchar para que no existan estos planes y puedan pelear por oportunidades genuinas de trabajo", concluyó Sió.

Para contactarse con Nunca es Tarde hay que dirigirse a Corrientes 2001, de lunes a viernes, de 15 a 18, o llamar al teléfono 4808393.
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El programa llega a diferentes sectores e incluye a gente de todas las edades.


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