Venado Tuerto. Investigan si lo secuestraron por motivos políticos o como consecuencia de problemas familiares

Un militante social apareció torturado y golpeado tras 13 días de misterio

Se trata de Héctor Darío Bustos, de 35 años, y activista de la Red Solidaria de Hijos de Desaparecidos

Carlos Walter Barbarich / La Capital

Venado Tuerto.- Héctor Darío Bustos, el activista social que había desaparecido misteriosamente hace 13 días en esta ciudad, fue hallado la noche del lunes en cercanías de la localidad de San Gregorio. El hombre presentaba fuertes golpes en todo el cuerpo, un profundo corte en la cara, lesiones en los genitales y una cruz esvástica marcada a fuego en el pecho. Hasta anoche, los allegados a la investigación policial y judicial del extraño caso no tenían claras las circunstancias en que se produjo la desaparición y qué pasó con la víctima en estas dos semanas. Sin embargo, la madre de Bustos, que pudo hablar con él tras el episodio, dijo que su hijo "fue secuestrado por dos efectivos vestidos de civil a cara descubierta" y que "durante el cautiverio tuvo colocada una capucha negra que le impidió ver a los secuestradores".

Tras varios días de tormentos, el hombre fue liberado en San Gregorio no sin antes recibir una velada amenaza: "Esta vez zafaste porque viene pesada la mano, pero la próxima sos boleta, zurdito de mierda...". Lo concreto es que hasta el momento no hay una pista firme sobre los motivos del secuestro. Las teorías indican que podría tratarse de una cuestión política o puramente personal. En esas dos líneas trabajan los investigadores.

Bustos, de 35 años, había desaparecido en extrañas circunstancias hace 13 días y su auto, un Fiat Regatta blanco, fue hallado abandonado a un costado de la ruta provincial 90, en cercanías del acceso a la localidad de Santa Isabel. Desde entonces, nadie supo sobre su destino y la incertidumbre fue creciendo tanto entre sus familiares como en los organismos de derechos humanos en los que milita Bustos.

La madrugada del lunes, el militante fue abandonado en cercanías de la localidad de San Gregorio y desde allí fue trasladado hasta su domicilio por un remisero a quien la víctima narró su odisea. Asimismo, en ese breve diálogo, Bustos habría dicho que debería irse de la ciudad porque sino él y su familia sufrirían consecuencias.

Tras la aparición de Bustos, su madre, Nélida Caseri, contó a La Capital que su hijo "tiene una cruz esvástica marcada en el pecho, quemaduras en sus genitales y golpes en todo el cuerpo". Luego de ser revisado por un médico forense, éste determinó que el militante sea internado en la unidad de terapia intensiva del hospital "Alejandro Gutiérrez" de Venado Tuerto.

Según Caseri, su hijo "fue secuestrado por dos policías de la comisaría 2ª de Venado Tuerto" y mantenido en cautiverio hasta su liberación. En ese lapso "le suministraron pocos alimentos y apenas le dieron agua". Eso fue corroborado por los primeros exámenes médicos. El hombre estaba "deshidratado y muy deteriorado".


Política y familia
Bustos es un militante social que participa en una corriente interna del justicialismo aunque estuvo vinculado a otros espacios políticos. El hombre vivió hasta hace unos meses, cuando se separó de su esposa, en un departamento del Fonavi 102 Viviendas. La mujer María Laura Beltramini, declaró por espacio de dos horas el pasado miércoles en el juzgado de Instrucción a cargo de Hugo Perassi y, pese al hermetismo de la causa, trascendió que denunció a su ex marido por golpeador.

Familiares de Bustos señalaron que la desaparición del hombre se debería a motivos "políticos" debido a una serie de denuncias que habría efectuado. Pero otra hipótesis, que hasta anoche era la más fuerte entre los pesquisas, indicabas que podría tratarse de un asunto familiar con su ex mujer. Más allá de eso, los investigadores dijeron que "no se dejará de lado ninguna de las posibilidades".

La familia Bustos es oriunda de la ciudad bonaerense de Chacabuco, aunque desde hace varios años estaba radicada en Venado Tuerto. Tanto Héctor como su ex esposa tenían una activa participación en la Red Solidaria de Hijos de Desaparecidos. Además, él es un reconocido militante del kirchnerismo y tiene fuertes vinculaciones con Abuelas de Plaza de Mayo. Proviene de una familia peronista y su madre, Nélida Caseri, fue una activa militante en la década del 70.

Según Caseri, allegados a su hijo le dijeron que "la ex mujer recibió 14 mil pesos para hacerlo desaparecer. Esto no lo puedo asegurar pero tampoco descartar ya que mantenían una relación muy difícil". Para Caseri existen dos hipótesis en torno a la desaparición de su hijo. "Por un lado él estaba amenazado desde hacía varios meses y días antes de que desapareciera me había dicho que llamará a algunos teléfonos que me había dejado porque esa gente sabría de lo que podría pasar".

"Fundamentalmente -agregó la mamá de Héctor- hizo mención a un funcionario de la municipalidad de Venado Tuerto al que había denunciado ante la Conadep por su participación en la última dictadura militar en la intendencia de Villa Cañás", dijo en referencia al secretario de Gobierno de esa localidad, Juan Alberto Vidal.

El matrimonio Bustos se disolvió hace tres meses y desde esa época María Laura tiene una nueva pareja, de apellido Moyano. Según Caseri "esta gente (por la familia Moyano) estuvo amenazando a mi hijo con que se deje de joder con la ex mujer y termine de hacer denuncias contra algunos funcionarios de la municipalidad. Días más tarde desapareció".

"Entre mi hijo y su ex mujer existía una relación muy compleja y había un círculo perverso de violencia mutua. No me caben dudas que la mujer ejercía una violencia psíquica sobre mi hijo y que él era violento con ella", relató la madre para agregar que "la sexualidad no convencional de Beltramini atormentaba a mi hijo".

La mujer no descarta que su ex nuera haya mandado a secuestrar a Héctor y esbozó una teoría. "Una persona anónima me dijo que a ella le habrían ofrecido de algún sector político 14 mil pesos para sacarlo del medio a Darío". Lo cierto es que la mujer asegura que su hijo -aún bajo los efectos de los sedantes y con un fuerte shock emocional- le comentó que dos policías fueron los que lo secuestraron y hasta incluso deslizó la certeza de poder reconocerlos. "Son los mismos que días antes pasaban insistentemente por su casa. Incluso hay grafitis amenazantes", dijo la mujer.

Héctor Darío Bustos sólo pudo hablar con su madre antes de ser sedado en el hospital.