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 miércoles, 27 de diciembre de 2006  
A diez días de un caso de gatillo fácil en Venado Tuerto
"Nadie de la policía me llamó para brindarme explicaciones"
Lo dijo Miguel Oro, padre del joven cuyo rostro fue desfigurado por un escopetazo policial

Andrés Abramowski / La Capital

Lucas Oro, el joven de 21 años que hace diez días recibió un disparo de Itaka en el rostro por parte de un policía en Venado Tuerto, será sometido mañana a una cirujía de reconstrucción maxilofacial en el Hospital Provincial de Rosario, donde está internado desde hace una semana. El muchacho, que perdió completamente su ojo izquierdo, permanece sedado y su vida estaría fuera de peligro. En tanto, sus familiares esperan una ayuda económica de la provincia para costear su forzada estadía en esta ciudad. Allegados al muchacho indicaron que el hecho, por el cual está detenido el agente Juan Beltrame, tuvo "varios testigos" que deberían comparecer ante el juez de la causa.

"Tiene el rostro borrado", dijo Federico, el hermano menor de Lucas, quien ayer acompañaba a su padre Miguel en la sala de espera de terapia intensiva del Provincial. Padre e hijo se mostraban totalmente desconcertados por la situación. "Hasta el día de hoy no recibí un sólo llamado de la policía para brindarme explicaciones sobre lo ocurrido", sostuvo el hombre de 64 años.

Es que los Oro sostienen que lo que le ocurrió a Lucas el pasado 16 de diciembre fue ni más ni menos que un caso de gatillo fácil, en virtud de lo que les contaron "varios testigos". Al parecer, ese sábado, cerca de las 4.30, Lucas tuvo un entredicho con un uniformado que le pidió documentos. "A mi hermano -contó Federico- le habían robado la moto y cuando la policía la recuperó no se la quiso devolver porque no tenía los papeles, que también se los robaron. El quedó muy indignado por eso. Y esa noche, cuando el policía le pidió los documentos, él le respondió que primero le devolvieran la moto. Al policía no le gustó y reaccionó de alguna manera que asustó a Lucas, que empezó a correr".

El muchacho fue alcanzado por la policía a pocas cuadras de donde había ocurrido el episodio. Fue en Chacabuco y Saavedra, frente a una panadería. "Mi hermano se vio encerrado y les preguntó por qué lo seguían. Pero el agente le disparó en la cara y no sabemos por qué. Había varios testigos, porque la panadería tenía las ventanas abiertas. Y después del tiro mi hermano siguió consciente y se tocó la cara", relató el chico.

Como indicó este diario en anteriores ediciones, la policía venadense brindó otra versión de los hechos, por la cual se atribuyó el disparo de una posta de goma a un accidente. Sin embargo, hay médicos rosarinos que creen que, a juzgar por las secuelas, la bala que alcanzó al chico fue de plomo. La causa está en manos del juez de Instrucción de Melincué Hugo Perassi.

Ayer, los médicos que atienden a Lucas esperaban que evolucionara para conocer mejor su estado. En función de lo que dijeron allegados al joven, en principio no habría sufrido un daño neurológico, pero aún no es seguro. De igual modo, tampoco podía asegurarse que no haya sufrido daño en su ojo derecho, teniendo en cuenta que perdió el izquierdo por el estallido del globo ocular. El muchacho sigue sedado pero ya no está en coma inducido y, según su hermano, "por ahí responde con señas mínimas cuando alguien le habla".
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Federico y Miguel Oro, hermano y padre de Lucas, esperan la evolución del joven.

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