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miércoles,
27 de
diciembre de
2006 |
Sobre los
niños de la calle
El dolor que alberga mi corazón al recorrer las calles de Rosario, de mi tan querida Rosario, es profundo y desgarrador. Me es imposible describir con palabras la tristeza que recorre mi cuerpo cuando los veo a ellos. ¿Quiénes son ellos?, se preguntará usted. Son los chicos que trabajan, duermen y, en definitiva, viven en la calle. No podemos seguir permitiendo que la realidad sea tan cruel para estos chicos que no sólo soportan el calor, la lluvia o el frío sino también la dureza de vivir sin un techo, sin una comida y, peor aún, sufriendo el rechazo de una sociedad que les da vuelta la cara. Digámosle basta de una vez por todas al comercio que adultos han armado alrededor de estos chicos. Regalémosles el amor que se merecen, devolvámosles la alegría de soñar que todo chico se merece. Si alguno de ellos tiene la oportunidad de leer estas palabras, sólo les digo lo siguiente: perdón y gracias. Perdón por no ayudarlos responsablemente y gracias por seguir confiando en la vida.
Sebastián Isla
DNI 32908242
andas—seba—[email protected]
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