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miércoles,
27 de
diciembre de
2006 |
Derecho a la vida y a
la libre expresión
En su mensaje anticipado, referido a la oración universal por la paz del mundo del primero de año, el papa Benedicto XVI ha señalado dos derechos fundamentales: “el derecho a la vida y a la libre expresión de la propia fe en Dios”. Tales derechos “no están sometidos al poder del hombre”. Y prosigue el Papa: “además de las víctimas de los conflictos armados, del terrorismo y de diversas formas de violencia, hay muertes silenciosas provocadas por el hambre, el aborto, la experimentación con los embriones y la eutanasia”. “¿Cómo no ver en todo esto un atentado a la paz?”, se pregunta el Papa. “El aborto y la experimentación con los embriones son una negación directa de la actitud de acogida del otro, indispensable para establecer relaciones de paz duraderas”. Y, con respecto a la libertad religiosa, afirma que “hay regímenes que imponen a todos una única religión, mientras que otros regímenes indiferentes alimentan no tanto una persecución violenta, sino un escarnio cultural sistemático respecto a las creencias religiosas”. Y concluye: “Esto promueve necesariamente una mentalidad y una cultura negativa para la paz”. Benedicto XVI vincula también la paz del mundo con la ecología e incluso con el abastecimiento energético, necesario para el desarrollo de las regiones atrasadas. Se refiere, asimismo, con lucidez y vigor, a la dignidad de la mujer; y al derecho internacional humanitario; y a los límites éticos que debe tener la lucha contra el terrorismo. Finalmente, señala que “la vía para asegurar un futuro de paz para todos consiste no sólo en los acuerdos internacionales para la no proliferación de armas nucleares, sino también en el compromiso de intentar con determinación su disminución y desmantelamiento definitivo”. Mons. José Bonet Alcón
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