Año CXXXVII Nº 49326
La Ciudad
Política
Información Gral
La Región
El Mundo
Opinión
Policiales
Cartas de lectores
Mundo digital



suplementos
Economía
Ovación
Señales
Turismo
Escenario
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 10/12
Mujer 10/12
Economía 10/12
Señales 10/12
Educación 09/12
Autos 30/11
Salud 29/11
Página Solidaria 29/11
Estilo 18/11
Chicos pero grandes 11/11

contacto

servicios
Institucional

 domingo, 17 de diciembre de 2006  
Efemérides
Un 17 de diciembre

Guilermo Zinni / La Capital

1709: El calendario Aztecao Piedra del Sol

Con un peso de 25 toneladas, el Calendario Azteca o Piedra del Sol fue hallado bajo el costado sur de la Plaza Mayor de la ciudad de México el 17 de noviembre de 1790 cuando se estaban realizando trabajos de restauración. La Piedra ocupó un lugar central en Tenochtitlan, en el seno de la cultura azteca, entre los años 1324 a 1521. Tras su descubrimiento la escultura se colocó en un muro externo de la catedral metropolitana y se fue deteriorando por estar al aire libre y porque la gente le lanzaba inmundicias y fruta podrida. Incluso hubo soldados que le disparaban para probar puntería. Verdadera obra maestra de arte y sabiduría, tiene grabados seis círculos que no sólo dan cuenta de los conocimientos astronómicos de la época sino que también muestran su concepción religiosa y de la creación del universo. El círculo central tiene al dios Sol (Tonatiuh) con la lengua afuera sediento de sangre. El segundo círculo tiene cuatro cuadrados, tres de los cuales muestran las otras tantas formas en que la Tierra habría sido destruida anteriormente: por monstruos (el jaguar), por vientos y por agua. El cuarto cuadrado representa al fuego, la última forma en que la Tierra sería aniquilada, y para protegerla hay que alimentar al dios Sol del centro con sangre humana. El tercer círculo contiene los 20 signos del calendario indígena. En el cuarto círculo hay cuatro rayos solares en forma de ángulo con elementos que simbolizan el universo y el calor del Sol que se extiende por todos los rumbos. En el quinto se aprecian las puntas de cuatro púas sagradas y remates que simbolizan la sangre y el último, el más externo, son dos serpientes con la cabeza abajo, frente a frente, en forma de hombres que representan la lucha constante y fratricida del bien y el mal.

[email protected]
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo

Notas Relacionadas
Viajeros del tiempo



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados