Asesinaron a una jubilada en Tandil

Irrumpieron en su casa a robarle y la amordazaron. Pereció por asfixia

Buenos Aires.- Una jubilada de 80 años murió asfixiada al ser amordazada con una bufanda y atada de pies y manos por delincuentes que entraron a robar a su casa de la ciudad bonaerense de Tandil.

El episodio ocurrió anteanoche en una casa situada en Juncal al 300, a unas ocho cuadras de la zona céntrica de Tandil, donde vivía sola una jubilada de 80 años, identificada como Nilda Caracoix. Alrededor de las 23 del jueves se activó la alarma de seguridad instalada en la vivienda de la anciana y un vecino alertó sobre lo sucedido a un sobrino de la mujer. Según las fuentes, cuando el familiar -quien tenía llaves para ingresar llegó hasta la casa de su tía, encontró a la mujer muerta, tirada en el piso junto a la mesa del teléfono.

Tras el hallazgo, el sobrino llamó a la policía y efectivos de la comisaría 1ª de Tandil arribaron a la escena del hecho y constataron que la anciana estaba atada de pies y manos con cordones y amordazada con una bufanda, detallaron los informantes. "Murió por asfixia porque la bufanda estaba colocada con muy fuerte presión y le impidió respirar", explicó un jefe policial.

Los policías establecieron que momentos antes la mujer había sido atacada por al menos un delincuente que irrumpió en la vivienda por una claraboya. "Es una casa de una sola planta y al techo se accede fácilmente por una obra en construcción lindera", explicó el vocero consultado.

Los asaltantes revolvieron la habitación de la víctima, que presentaba "algo de desorden", pero que aún no se estableció si alcanzaron a robar. "En un cajón de la cocina se encontraron 280 pesos en efectivo, por lo que una de las hipótesis es que los asaltantes, al ver que la mujer se moría al no poder respirar, escaparon antes de concretar el robo", precisó el oficial.

Los ladrones, según planteó el investigador, huyeron por una de las ventanas que contaba con la alarma que se activó de inmediato y permitió alertar a vecinos y familiares de la víctima. (Télam)