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sábado,
21 de
octubre de
2006 |
Editorial
Educar para que se coma mejor
Una de las principales falencias que se registran en torno de la cuestión alimentaria en la Argentina es la escasa preparación de la gente a la hora de incorporar mayor diversidad de alimentos a su dieta. En un país donde la carne fue tradicionalmente la base de todos los platos predilectos de la población, la incidencia de la crisis económica ha provocado que muchas veces los ingresos de una familia no permitan adquirir los cortes que se podían comprar en otra época, dado que su precio ha trepado a las nubes porque se exportan a valor dólar. Entonces, no queda otro remedio que aguzar el ingenio a la hora de enfrentarse con el desafío cotidiano que implica la cocina. De allí la utilidad innegable que reviste la iniciativa de intentar educar a los consumidores mediante el aporte de veinticinco pasantes de las áreas salud y educación que desde el pasado miércoles están recorriendo las góndolas de los supermercados para cumplir con la crucial función del asesoramiento.
La iniciativa se enmarca en el proyecto Alimentación Saludable en los Supermercados, que es impulsado por la Secretaría de Salud municipal y el Instituto del Alimento. En principio, los súper donde se brinda asistencia son aquellos que componen las cadenas Dar, La Gallega, Coto, La Reina, Jumbo y Azul.
El balance de lo hecho hasta ahora señala que "la gente mayor es la que se muestra más interesada", según declaró a este diario una de las promotoras que tienen a su cargo la tarea de educar. La táctica que aplican es, por supuesto, el empleo de la persuasión por intermedio de la transmisión de información concreta. "No venimos a prohibir que la gente adquiera algunos productos, nos interesa que compre con conocimiento", aseguró otra de las asesoras.
Entre las pautas que se manejan está, por ejemplo, animar a quienes se encuentran en la verdulería a llevarse algún vegetal o fruta que nunca hayan probado. También se insta a incluir toda clase de cereales o a agregar el habitualmente ignorado pescado en la dieta.
Como evidente enemigo de las sanas intenciones de los promotores están los productos bien llamados "chatarra", cargados de calorías huecas, saborizantes y colorantes. La tentación asoma en todas las góndolas y detrás de ellas acechan las grasas saturadas. Otro elemento a tener en cuenta a la hora de dar el combate contra los malos hábitos alimentarios es el omnipotente factor bolsillo: es que mucha gente no compra lo más saludable, sino lo más barato.
Educar siempre es valioso, aunque haya muchos que aún se resistan a aprender. El primer paso ya ha sido dado y ojalá el esfuerzo no sea esporádico.
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