Arquitectura > Sede de la Cámara de Farmacias

Pórtico de renovación

El proyecto de Diana Chiatello, María Marta Guaragna y Melina Spinetta obtuvo el primer premio en el concurso para el nuevo edificio de los farmacéuticos de Santa Fe

De la interpretación de las condiciones del terreno, de las exigencias programáticas y de la intención de concebir áreas de calidad espacial y medioambiental, surgió el proyecto para el edificio de la Cámara de Farmacias de la provincia de Santa Fe. El proyecto se basa en una propuesta que aprovecha la tensión longitudinal del lote para conformar una secuencia espacial, enriquecida en su vinculación con el exterior mediante el cuidado tratamiento de los límites -tanto interiores como exteriores- y de operaciones generadoras de vacíos y dobles alturas.

Reforzando esta idea y sirviendo de apoyo a la secuencia de espacios principales, se agrupan los servicios y circulaciones verticales en una placa estructural, compacta y contundente, recostada sobre la medianera sur, y que tiene su correlato en fachada mediante el volumen de hormigón visto.

Enmarcado por un plano que se pliega en forma de pórtico, el edificio se prolonga en altura; en clara alusión a la intención de plantarse en el lugar como un referente de imagen institucional. Los vacíos que se extienden hacia el interior del edificio permiten una relación fluida con el exterior, y contribuyen a la inserción del edificio en la trama urbana.

Funcionalmente, se definió el proyecto en tres áreas. La primera, pública y concurrida, son los accesos y las áreas de recepción y hall; todos ellos ubicados en planta baja, a partir de los cuales es posible acceder a las áreas restantes.

En un nivel intermedio se encuentran los salones, tanto el de multiuso como el de reuniones informales, ambos con ingresos y funcionamiento independientes, que pueden ser utilizados en conjunto y en horarios distintos al resto del edificio, evitando de este modo interferencias de uso. Entre ellos, la terraza oficia de espacio abierto de transición permitiendo su vinculación espacial.

Y por último, la tercera, que corresponde a la Cámara de Farmacias propiamente dicha, desarrollándose en los pisos superiores, de manera de lograr accesos controlados, independencia de los demás sectores y posibilitar futuras ampliaciones en altura. Asimismo, esta área se subdivide funcional y espacialmente en sector 1 (sección empleados) y sector 2 (directivos).

Un aspecto importante en el proyecto es haber concebido óptimas condiciones de ventilación e iluminación natural, así como un vínculo directo con el exterior en la totalidad de los espacios principales de trabajo y áreas públicas.

Se permite el ingreso de luz desde el norte mediante aberturas con aleros, lo que desde el punto de vista del asoleamiento es ideal; y el resto de las oficinas orientadas ya sea al este o al oeste poseen la protección de aleros-parasoles a modo de doble piel.

El edificio consigue su mayor apuesta en la utilización de estos sistemas pasivos de control térmico, cuyo objetivo es, además de mejorar el comportamiento bioclimático de la construcción, producir el juego de luces, sombras y transparencias acorde al transcurrir de los días y las estaciones.

Asimismo, se puso especial atención en el cumplimiento de las normas de accesibilidad y reglamentaciones contra incendio para edificios públicos y habilitaciones comerciales, estableciendo dos circuitos de evacuación claramente diferenciados.

En definitiva, la propuesta resuelve, sacando el máximo provecho a las superficies cubiertas, el complejo funcionamiento de la Cámara de Farmacias, además de asumir un compromiso ambiental en cuanto al ahorro energético.