Crónicas regionales. Los terrenos ubicados al sur de Gualeguay son un potencial reservorio de restos fósiles

Un paleontólogo de alma

Uno de los personajes pintorescos de General Galarza es Héctor "Bocha" Cantoni, un paleontólogo aficionado que en febrero pasado rescató de terrenos ubicados al sur de Gualeguay varios restos fósiles pertenecientes a una ballena prehistórica que habitó esta zona cuando era un lecho marino, entre uno y siete millones de años atrás.

El galarceño tiene 63 años y se dedica junto a sus hijos a la distribución de lácteos y fiambres. Se define como un amante de la naturaleza y un acérrimo enemigo de la contaminación del medio ambiente y la depredación del recurso pesquero.

Todos los años recibe la visita de delegaciones escolares en su domicilio, donde brinda desinteresadamente sus conocimientos de paleontología y arqueología -que adquirió en forma autodidacta-, y muestra orgulloso los elementos que datan de tiempos remotos. "Con la ayuda de mi familia y vecinos pude desenterrar restos de gliptodontes, mastodontes, megaterios y milodontes. También algunas puntas de lanzas, flechas, hachas y vasijas de barro que hallamos principalmente en cercanías del río Gualeguay", apuntó.

Pese a reiteradas solicitudes, Cantoni no logró recibir ayuda de parte de autoridades gubernamentales para llevar adelante su tarea, por lo que "todo lo que hacemos demanda esfuerzos propios y se nos hace muy difícil seguir adelante sin recursos", señaló el coleccionista.

En cuanto al reciente hallazgo de los restos de ballena, indicó que se produjo cerca de la desembocadura del arroyo Cle, en inmediaciones de Puerto Ruiz, un pequeño pueblo ribereño a 10 kilómetros de Gualeguay.

Con la ayuda de vecinos, logró desenterrar a dos metros y medio de profundidad una costilla de más de dos metros de largo, una vértebra y un hueso del oído de la ballena. "La vértebra tiene forma cuadrada, particularidad que habría permitido al animal realizar movimientos con mayor flexibilidad que las ballenas actuales. El hueso del oído es similar a un caracol, una pieza muy rara de encontrar", comentó.


Yacimiento paleontológico
Según averiguó, la ballena de aquellos tiempos gustaba de aguas poco profundas y solía viajar en grupos de ocho a diez. "Por eso pienso que debe haber gran cantidad de material paleontológico por descubrir en esa y otras zonas de Entre Ríos", especuló.

"Estos restos de animales marinos sumados a la arena formada por partículas de conchilla fosilizada en los lugares de los hallazgos son una prueba de que la zona estuvo cubierta por el mar", apuntó.