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miércoles,
18 de
octubre de
2006 |
Batalla campal. Horas antes de los incidentes en San Vicente
Duhalde volvió a hacerse
ver: eligió el acto de la
CGT, donde fue figura
Asistió al homenaje porque sabía que no iba Kirchner
El ex presidente justicialista Eduardo Duhalde volvió a mostrarse en público ayer, tras meses de desaparición del escenario político nacional. Eligió hacerlo en la CGT a la mañana, donde sabía que no iba a estar su sucesor y actual mandatario, Néstor Kirchner, con el que está enfrentado.
Poco después de las 10.30, varias horas antes de los penosos incidentes de San Vicente, Duhalde llegó al edificio de la central sindical argentina de calle Azopardo. En el edificio ya estaba el féretro de Juan Domingo Perón, que había llegado a las 8.45 desde La Chacarita.
Duhalde recibió el trato privilegiado de los sindicalistas encabezados por el camionero y titular de la CGT, Hugo Moyano. Y así, rodeado por los gremialistas y con la presencia también de los gobernadores de Córdoba, José Manuel de la Sota, y de Entre Ríos, Jorge Busti, participó del acto realizado en el salón Felipe Vallese.
Cerca de las 11.45, en medio de los gritos de la gente, Duhalde apareció en la puerta principal de la central obrera flanqueado por su mujer, la senadora Hilda Chiche Duhalde, y por Moyano.
El sol estaba resplandeciente, el calor se tornaba agobiante y todo era folclore peronista frente a la CGT en ese momento. Unos 5.000 adherentes y activistas de los principales sindicatos le daban color a la ceremonia.
El tumulto que se había formado sólo le permitió a Duhalde bajar algunos escalones hasta quedar a la altura justa.
Las escaleras de la CGT eran la platea más codiciada y los manifestantes pugnaban por llegar. La mayor cantidad respondía al sindicato de camioneros de Moyano (con pecheras verdes y blancas) mientras que los obreros de la construcción (con quienes luego iban a chocar) ocuparon masivamente las escalinatas de la facultad de Ingeniería, con sus cascos amarillos y naranjas. Ya se estaban midiendo.
Entre empujones y en medio de los gritos de los militantes de las 62 Organizaciones encargados de los cordones de seguridad, se abrieron paso el ex diputado Lorenzo Pepe y Antonio Cafiero.
Entre los artistas se vio a Ricki Maravilla, Horacio Guarany, Dady Brieva, como también al infaltable Tula y su bombo. También se dejaron apreciar el duhaldista ex secretario de Deportes Fernando Galmarini y el férreo defensor del fallecido empresario Alfredo Yabrán y ex sindicalista petrolero Carlos Coco Mouriño.
El momento de mayor emoción se vivió a las 11.55, cuando se levantó la cortina del garaje de la CGT y asomó la cureña -la misma utilizada en 1974- con los restos de Perón, enfundados con una bandera argentina, su gorra militar y un crespón negro.
Los adeptos se abalanzaron sobre el féretro para intentar tocarlo, por lo que los encargados de la seguridad debieron recurrir a empujones para permitir el paso a los políticos y sindicalistas.
Allí iban Moyano, Venegas y Roberto Vassie, el soldado que hace 32 años lloró desconsoladamente ante el paso del fúnebre de Perón y que retrató para siempre una fotografía de la revista Gente.
Eduardo Duhalde y su esposa pudieron llegar a duras penas hasta la cureña, después de un intento fallido, en medio de una multitud en la que estaba el gastronómico Luis Barrionuevo.
El ex presidente, en mangas de camisa, y Chiche, con signos de sufrir ahogos por los empujones de la gente, dificultosamente pudieron acompañar por unos metros el féretro, mientras muchas personas lo vivaban y le acercaban flores.
La mayoría de los asistentes siguieron la caravana a pie, agitando banderas y gritando por el líder desaparecido el 1º de julio de 1974, hasta que subió a la autopista 25 de Mayo, rumbo a San Vicente.
Adelante, subidos a un jeep del Ejército, iban los principales dirigentes cegetistas, en una imagen que hizo revivir otras épocas.
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Fotos
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Duhalde, Moyano y una multitud en la CGT, donde despidieron el féretro de Perón.
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