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 sábado, 14 de octubre de 2006  
Lo que viene. Distintos sectores productivos ya mostraron preocupación ante una eventual crisis energética
Los cortes de luz presagian un verano conflictivo
Volvieron los apagones imprevistos y dejaron sin luz a vecinos y comerciantes del centro de la ciudad

Tres días con cortes de luz y mucho calor. El adelanto de la temporada estival con temperaturas cercanas a los 30 grados hace presagiar una gran demanda de energía, y como consecuencia de ello, la red de suministro eléctrico ya mostró algunas fisuras. Esta vez, un corte del flujo eléctrico en el macrocentro dejó sin luz ayer por más de cinco horas a unos 2.500 clientes de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), afectando a usuarios particulares y comercios minoristas, cuyo dueños esperaban con las caras largas por las pérdidas económicas en la puerta de los locales. Distintos sectores productivos ya mostraron preocupación ante una eventual crisis energética en la provincia. En tanto, el gobierno estudia algunas medidas para restringir el uso de equipos de aire acondicionado en oficinas públicas. El desafío será controlar el consumo de los usuarios privados y de los grandes consumidores.

  En ese marco, el intendente Miguel Lifschitz cargó contra las autoridades provinciales calificando los trabajos de reparación como “parche sobre parche” (ver recuadro).

  Ya se habían registrado otros cuatro cortes: uno el miércoles en Pellegrini al 1200, que duró casi 20 horas, y obligó a varios comerciantes deshacerse de mercadería; y otro, el jueves, en Zeballos al 1600. Y aunque no hubo una comunicación oficial, anteanoche muchos vecinos que residen por Roca, de Zeballos a 9 de Julio, también hicieron llegar su queja a La Capital por la interrupción de dos horas en el servicio. Cabe recordar que el miércoles explotó una subestación transformadora ubicada detrás del Concejo Municipal y un operario resultó herido. El accidente dejó sin luz a gran parte del microcentro.

  Ayer, alrededor de las 11.30, una doble falla afectó la alimentación normal y la reserva de un distribuidor subterráneo de media tensión de la EPE, y dejó fuera de servicio a nueve subestaciones que alimentan a 2.500 clientes del macrocentro. El apagón se produjo en la cuadrícula comprendida por tres sectores: Rioja, Italia, Mendoza y Dorrego; Mendoza, Paraguay, Zeballos y Dorrego; Zeballos, Entre Ríos, avenida Pellegrini y Presidente Roca.

  En tanto, las nueve subestaciones que se vieron colapsadas fueron las de Dorrego 944, Dorrego 951, España 1100, España 1200, Italia 1200, 9 de Julio 1500, 9 de Julio 1400, Zeballos 1300 (donde está la Universidad Tecnológica Nacional) y Paraguay 1500.

  Desde la EPE dijeron que el origen de la falla no se podrá conocer con exactitud hasta el martes o miércoles de la próxima semana. En primera instancia se supo que un cortocircuito derivó en la explosión de un cable en el centro de distribución Dorrego (Moreno entre San Luis y Rioja), que alimenta a otro distribuidor de Dorrego y Ocampo.

  “Fue un inconveniente de entrada y salida en el flujo de alimentación. No podremos saber si el cable explotó por una falla técnica o por la sobrecarga de demanda debido al intenso calor. Pueden ser ambas cosas. Eso recién lo determinaremos con exactitud después de que los técnicos analicen el desperfecto. Los resultados podrán estar par el miércoles”, explicó Diana Antruejo, del departamento de prensa de la EPE.

  Luego de más de cinco horas en penumbras, sobre las 16.50, se restableció el servicio en la totalidad de los domicilios y comercios. El fin de semana los operarios de la EPE se ocuparán de realizar trabajos de mantenimiento en las subestaciones afectadas, pero, se aclaró, sin interrupción del servicio eléctrico.

  “Esto es una locura. A mi se me quemó una máquina hace unos años y vale una fortuna. Seguimos con el mismo problema y nadie se hace cargo”, se quejó ayer a la siesta Guillermo, el dueño de una lavandería de ropa de España al 1100. Pegado a ese negocio, un pollero caminaba resignado hasta el contenedor de basura. “Tiro los menudos porque no aguantan si no los tenés en la heladera”, vociferó el hombre al mismo tiempo que se aprestaba a deshuesar los pollos “para que aguanten más”.

  Se vieron caras largas y preocupación en verdulerías, ciber, farmacias y hasta en un instituto de bioquímica, todos esperaban con ansiedad que regresara la luz para no perder trabajo y dinero. “Yo tengo un grupo electrógeno, pero con poca autonomía. Si esto se alarga nos perjudica en la atención de pacientes y en la conservación de las muestras”, sentenció el bioquímico Hugo Pugliesi en su lugar de trabajo, en San Juan al 1700.

  Mientras las autoridades nacionales y provinciales se esmeran en despejar el fantasma de una posible crisis energética, lo concreto es que, como se repite cada año, al menos cinco cortes en pocas horas volvieron a poner en jaque el tendido eléctrico de mediana tensión en algunos sectores de la ciudad, y miles de rosarinos ya comenzaron a palpitar lo que podría ser un verano conflictivo.
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Las autoridades buscan despejar el fantasma del blackout.

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