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miércoles,
11 de
octubre de
2006 |
Falleció un ex
barrabrava
baleado en
su vivienda
José María Villarruel, el ex barrabrava de Rosario Central que el miércoles pasado fue encontrado sobre la cama de su vivienda de Granadero Baigorria con un balazo de grueso calibre en la cabeza, falleció como consecuencia de la herida. Hasta anoche nadie sabía quién había ejecutado el disparo mortal, aunque los investigadores policiales manejaban diferentes hipótesis, prevaleciendo la de un ajuste de cuentas. En ese marco, la esposa del hombre asesinado fue interrogada en los Tribunales y sometida a una serie de pericias que indican que nada tuvo que ver con el crimen, aunque dijo haber recibido amenazas de allegados a su marido y debió mudarse temporariamente por temor.
Todo ocurrió durante la siesta del pasado miércoles en la vivienda que Villarruel compartía con su esposa Mónica y dos hijos de la mujer en calle 12 al 2300 de Granadero Baigorria. Entonces, el hombre arribó al lugar a bordo de un Renault 12 anaranjado y en compañía de otra persona aún no identificada.
Según la pesquisa, Villarruel estaba ebrio y le dijo a su esposa que se iba a recostar un rato. Tras eso, ella salió a hacer un par de mandados por el barrio y retornó un par de horas después. Entonces encontró al hombre tirado en la cama y en medio de un charco de sangre por lo que llamó a una ambulancia que lo trasladó al Policlínico Eva Perón de Granadero Baigorria. Debido a la gravedad de la herida, pocas horas más tarde la víctima fue llevada al hospital del Centenario, en Rosario, donde finalmente falleció la noche del sábado.
Dermotest negativo
Conocido el desenlace, la mujer de Villarruel fue convocada a los Tribunales donde el juez a cargo de la investigación le tomó una declaración testimonial y ordenó la realización de algunas pericias. En este orden, el representante legal de Mónica, Eduardo Sosa, manifestó ayer que "el dermotest que se le realizó dio negativo y no fue imputada de delito alguno por lo que aparentemente está desvinculada del hecho".
Sosa también hizo referencia a una difícil vida llevada por la mujer en compañía de Villarruel, "un hombre que ha purgado varias condenas y que tenía un carácter sumamente violento y agresivo cuando estaba ebrio". Asimismo, el abogado manifestó que "este hombre no tenía una ocupación fija ni medio económico de subsistencia" y agregó que "estaba vinculado a la microsociología de aquellos que viven codo a codo con el delito y las conductas antijurídicas".
En este sentido, ayer trascendió que la mujer habría sido amenazada por un allegado a Villarruel en un encuentro que tuvieron mientras el hombre asesinado se hallaba internado en el Policlínico Eva Perón de Baigorria. "A vos ya te va a llegar el vuelto", habría sido la frase que intimidó a Mónica. Ante ello, la mujer decidió irse a vivir a la casa de un familiar en una localidad vecina y así poner a resguardo a sus dos hijos.
Según conocedores de la interna histórica de la barra brava canalla, Villarruel fue la mano derecha de Sergio Cabezón Enriotti, un hombre asesinado por su pareja el 16 de octubre de 1996 en su casa de Warnes al 2300. Aquel homicidio ganó espacio en las crónicas policiales porque el barra tenía en su poder un cheque firmado por Víctor José Vesco, entonces presidente de Rosario Central.
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