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domingo,
27 de
agosto de
2006 |
Atlanta: estilo americano
Atlanta, la capital del estado de Georgia, combina los atractivos de una gran ciudad con una historia que se remonta
a los tiempos de la Guerra Civil de Estados Unidos. Alterna entre rascacielos, autopistas y casonas de estilo victoriano
Ricardo Luque / La Capital
No hay nada más "estilo de vida americano" que tomar una Coca Cola, ver las noticias en la CNN y comer un hot dog en un partido de beisbol. Y eso es Atlanta, la capital del sur de Estados Unidos, una ciudad donde, desde el mismo momento en que se ponen los pies en el Harstfield-Jackson Airport, el aeropuerto más activo y moderno del mundo, se siente que, en esos rascacielos luminosos que a la distancia perfilan el paisaje urbano, se trabaja incansablemente, día a día, para mantener vivo el espíritu que hizo grande a América.
A medida que uno se acerca al corazón de la ciudad y los gigantes edificios se ocultan jugando a las escondidas entre autopistas de trazados intrincados, parques que evocan plantaciones de algodón y casonas coloniales como pistas de un pasado de gran esplendor y también de profundo dolor, se comprueba que la intuición que a primera vista se tiene de Atlanta, esa impresión que sacude a un viajero cuando llega por primera vez a un lugar y que después lo acompaña durante toda la vida, es real. Tan real como su potencia económica, que palpita en el aire.
Atlanta es una ciudad que, a primera vista, luce enorme, inasible y, sobre todo, intimidante. Y no es para menos. En sus edificios, entre los que van y vienen helicópteros que en las horas pico zumban como moscardones atrapados en un vaso de cristal, funcionan los cuarteles generales de compañías de la talla de Coca Cola, CNN, Belsouth, Delta y UPS, y, en buena medida, la suerte de negocios como los de las comunicaciones, la aviación comercial, los alimentos y el correo privado dependen de las decisiones que se toman en sus oficinas.
Calles arboladas
Sin embargo, a ras del piso la perspectiva cambia, más cuando se descubren los encantos de Inman Park, un paraíso de calles arboladas con sauces y casas de estilo victoriano, o Little Five Points, un barrio de ambiente bohemio que evoca al Geenwich Village de Nueva York y,sobre todo, del Dowtown, donde se concentran las atracciones más populares de la ciudad, desde el Centenial Olympic Park hasta el The Children's Museum, y en sus restaurantes de lujo se sientan ejecutivos de saco y corbata que sueñan la suerte del mundo.
Ahí, en unas pocas cuadras a la redonda, que se pueden caminar sin riesgo y disfrutando de las vidrieras de elegantes tiendas y galerías de arte, se encuentra The World of Coca Cola, el museo que recorre la historia de la gaseosa más famosa del mundo, desde que fuera creada en 1986 por el farmacéutico John S. Pemberton. En sus salones, se puede destapar una botella en una típica fuente de soda de de los años 30, ver el funcionamiento de la primera planta embotelladora y, claro está, comprar el merchandising oficial de la marca.
A unos pocos minutos de caminar se encuentran los estudios de la CNN, uno de los puntos de interés que acaparan la atención de los turistas, que ofrece una una visita guiada a las entrañas de la cadena de televisión que llega a diario a un billón de personas alrededor del planeta. El recorrido, que permite asistir al detrás de escena de las noticias en el mismo instante que están saliendo al aire, recorre la sala de redacción y los estudios del célebre "Headline News" y recrea el proceso de producción, elaboración y transmisión de la información.
Pero eso no es todo, en el hall de edificio donde funcionan las oficinas del emporio de comunicaciones de Ted Turner, se encuentra la escalera mecánica sin soporte más alta del mundo, de ocho pisos de altura, que comunica la planta baja, donde funciona un animado centro comercial, con un globo terráqueo gigante desde donde se accede a la CNN. El lugar, moderno y espacioso, alberga además varias piezas de museo, como la Hammer que usaron los periodistas que cubrieron la Guerra del Golfo, que evocan las coberturas de la emisora.
Aquarium
El año pasado Atlanta sumó a su larga lista de atracciones turísticas el Georgia Aquarium, que, con 30 millones de litros de agua y 46 mil metros cuadrados cubiertos, se erigió como el acuario más grande del mundo. Sus peceras gigantes, que recrean el medio ambiente de mares y ríos ubicados en las antípodas del planeta, albergan unos 100 mil mamíferos y peces de 500 especies que, gracias a su moderno concepto de exhibición, pueden ser vistos por grandes y chicos tal y como se los encuentra en su hábitat natural.
Las estrellas del acuario son sus dos tiburones ballena, llamados Ralph y Norton, los únicos que se encuentran en exhibición fuera de Asia. De 5,5 metros de largo, fueron transportados desde Taiwán en un boeing 747 especialmente preparado para su traslado. Sus apacibles evoluciones bajo el agua pueden ser apreciadas desde la sección "Navegue junto a gigantes", que simula la exploración submarina de un buzo, o los amplios ventanales del salón para banquetes para1.100 comensales que existen en las instalaciones.
Con el boom de la alta cocina, Atlanta amplió su oferta culinaria a sabores y gustos exóticos. Hoy la ciudad es tan apreciada por su tradicional hospitalidad sureña como por la variedad culinaria. Aunque goza de selecciones de menú inspiradas en culturas de todo el mundo, sus restaurantes se ganaron la reputación de ser considerados los mejores de Norteamérica para hacer negocios. Su ambiente discreto, su cocina refinada y los buenos vinos que atesoran sus bodegas los convirtieron en ideales para cerrar un trato durante una comida.
Elegancia gastronómica
Un buen ejemplo de la tendencia es el Ted's Montana Grill, el restaurante de propiedad de Ted Turner, ubicado en el corazón de la ciudad. De líneas sobrias, con una sólida decoración en madera y reservados que garantizan que las conversaciones no se escuchen más allá de donde manda la prudencia, el local sirve los mejores bifes de búfalo asados de la ciudad. En sus mesas, sobre todo al mediodía, puede encontrarse con numerosos ejecutivos que hacen un alto en su trabajo para disfrutar de un almuerzo típicamente americano.
Con más de 20 centros comerciales a gran escala, Atlanta es un paraíso para los fanáticos de las compras. Para ellos, y también para los visitantes que sin ser apasionados por ver vidrieras no pueden volver a casa sin llevar regalos, resulta ineludible llegarse hasta el Lenox Square Mall, el shopping más popular y completo de la ciudad, donde se pude conseguir desde el modelo más moderno reproductor de MP3 que se puede conseguir en el mercado hasta la última fragancia de Kenzo, y lo que es más importante, a precios más que tentadores.
Aunque el mall está un tanto apartado del Dowtown, el área que concentra la actividad turística, su acceso es fácil y ágil, gracias al MARTA, el servicio de transporte público que, combinando autobuses y subterráneos, permite viajar en minutos de un extremo al otro de la ciudad. No sólo es un medio eficiente y barato, sino que también es seguro y limpio. A diferencia de la mayoría de los metros de las principales capitales del mundo, en sus paredes no hay pintadas y en sus pasillos es improbable toparse con un vagabundo.
Más allá de la fuerza que imprime a la ciudad la actividad empresaria y comercial, Atllanta conserva la memoria de su historia que se remonta a los tiempos de la sangrienta Guerra Civil que dividió al país en yanquis y confederados. Como un monumento a la memoria de esos tiempos se erige en pleno centro de la ciudad el Margaret Michell House and Museum, la residencia donde la escritora concibió la novela "Lo que el viento se llevó", que con las actuaciones de Vivien Leigh y Clark Gable se convirtió en un suceso en la pantalla grande.
Escenario de la lucha por los derechos civiles de la población afroamericana, Atlanta conserva como un símbolo de aquellos tiempos el Sweet Auburn District, donde se encuentra el hogar, la iglesia bautista donde predicaba y la tumba de Martin Luther King. Allí se encuentra el Center for Nonviolent Social Change, creado por Coretta Scott King, la viuda del movimiento social, asesinado en 1968. Un destino ineludible para entender la ciudad y su gente.
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Fotos
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Edificios luminosos, elegantes tiendas, galerías de arte y restaurantes de lujo son una constante en la pujante ciudad norteamericana.
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