|
domingo,
27 de
agosto de
2006 |
Central Córdoba sigue invicto
Mauricio Bártoli / La Capital
Central Córdoba jugó contra Cambaceres y el viento. Sí, el factor climático fue un protagonista más en la fría tarde de Ensenada, y especialmente en el primer tiempo, cuando soplaba con fuerza de frente el arquero charrúa Mario Santilli. En ese contexto hay que analizar, y valorar, el punto que consiguió el equipo de Oscar Santángelo, que con el empate en uno sigue siendo el único invicto de los cinco equipos rosarinos que compiten en los torneos de AFA.
Cuando arrancó el partido estaba fresco en la memoria de todos el 3-0 con que los de Tablada castigaron al Camba en su propia cancha, en la última fecha del campeonato pasado, lo cual mandó a los Rojos a jugar la Promoción. Pero de entrada quedó claro que el local tenía esta vez mejores elementos para la lucha y con la ayuda eólica se mostraron dominantes en la primera etapa. Suerte para Córdoba que Santilli respondió con solvencia.
Para que en el entretiempo se hablara de cómo romper el cero tuvieron que ver tanto las atajadas del arquero rosarino como la ineficacia de los locales. Antes de los 5' Bogado quedó solo en el punto del penal y la quiso colocar tan pegada a un palo que se le fue por centímetros. Enseguida, Santilli le ganó un mano a mano a Rossi. Córdoba respondió a los 17' con un cabezazo de Pierani que redujo un poco la soberbia actitud de los Rojos, que en el final volvieron a la carga: la más peligrosa fue un remate de larga distancia de Bogado que Santilli, retrocediendo, sacó con la punta de los dedos.
El complemento parecía el momento charrúa, pero el viento ya no era tan intenso y ahora sí se pagó el exceso de confianza. A los 4', Parra hizo valer su velocidad, desbordó ante Raponi y mandó un centro atrás que Casado mandó a la red.
Hasta ahí el resultado era justo. Pero Bezombe, Paredes y compañía reaccionaron, se adelantaron unos metros, y tras un tiro libre desde la izquierda muy preciso del enganche ex Unión, Marcos Del Bono la ganó en el segundo palo, la tiró al área chica y Raponi venció la resistencia de César González, que hasta ahí había sido casi un espectador más. Iban 19' de la segunda etapa.
Lo demás fue intranscendente. Ya no hubo un dominador claro: el local bajó un cambio con una mezcla de respeto y miedo. Y los charrúas aceptaron conformes una regla no escrita pero sagrada en el fútbol. Si no se puede ganar, bien vale un empate. Y ni dudar si es de visitante.
enviar nota por e-mail
|
|
Fotos
|
|
Marcos del Bono no le dio espacios a sus rivales.
|
|
|