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 lunes, 21 de agosto de 2006  
Básquet: Argentina aplastó al Líbano

Para el seleccionado argentino de básquetbol, el cómodo triunfo por 107 a 72 ante el endeble y limitado equipo de Líbano por el grupo A dejó conclusiones interesantes de cara a lo que vendrá en la instancia de octavos de final del Mundial. Y seguramente aprovechará sus próximos compromisos para continuar mejorando, ante rivales más exigentes como Venezuela, al que enfrentaba hoy a la 1.

El entrenador Sergio Hernández tuvo la posibilidad de extraer conclusiones más allá del amplio éxito, ya que pudo utilizar mayor cantidad de minutos a aquellos jugadores que tienen menor participación, como los casos de Walter Herrmann, quien se erigió en la figura, ya que volvió a tener eficacia (6 de 8 en triples, récord de conversiones para un argentino).

El partido de esta madrugada ante Venezuela era otra interesante posibilidad para seguir buscando el funcionamiento ideal. Y para sumar un nuevo triunfo frente a un seleccionado que viene cumpliendo un irregular torneo.

En cuanto a la segunda presentación argentina, Líbano no fue oposición en ningún pasaje del juego, ya que su estrella Fadi El Katib fue bien controlado por Nocioni y Herrmann y no pudo hacer pesar su efectividad, tanto desde afuera como penetrando.

Además Hernández pudo trabajar y romper con ataques rápidos, las diferentes defensas mixtas o zonales que empleó el estadounidense Paul Coughter.

También fue positivo lo realizado por el ala pivote Luis Scola, quien se volvió a mostrar dominante debajo de los tableros, haciendo pesar sus movimientos.

En la conducción, Pepe Sánchez fue sumamente criterioso para manejar los tiempos y meter punzantes pases-gol y hasta algún triple, en tanto que no fue necesario que Ginóbili asumiera el protagonismo y se transformó casi en un acompañante, aunque realizó algunas maniobras geniales.

El partido lo manejó por momentos a voluntad, con jugadas rápidas, cruces vertiginosos y llegadas a la conversión por varias vías, aspecto rescatable a pesar de la escasa envergadura rival.

Todo eso fue en ofensiva, pero también mérito grande tiene la defensa, que cubrió bien los sectores cercanos al cesto y no dejó que John Vogel impusiera sus 2,12 metros debajo de los tableros.

Todavía falta un largo camino, ya que por delante quedan escollos nada fáciles, especialmente el actual bicampeón Serbia y Montenegro. Pero la ilusión sigue latente. Argentina deja día a día una mejor imagen, el grupo está muy unido, compacto y recuperando la energía que tuvo hace dos años en Atenas, cuando escribió la mejor página del básquetbol argentino con la conquista del oro olímpico.
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Manu mostró su calidad con esta volcada.

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