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 domingo, 23 de julio de 2006  
CONMOCION EN BRASIL
Le dan 39 años a una joven que tramó el asesinato de sus padres
Eran gente de fortuna y se oponían a su relación con un muchacho humilde, que junto a su hermano consumó los homicidios. Según el fiscal, querían la herencia

Tenía todos los ingredientes de una novela romántica del siglo diecinueve: un matrimonio acaudalado que se opone a que su hija se case con el plebeyo al que ama. Un asesinato tramado por los amantes que se concreta para que la pasión fluya sin obstáculos. Una historia de amor, remordimientos, locura y sangre. Nada más que no fue en un tiempo remoto, sino en 2002, en la ciudad de San Pablo, la más próspera de Brasil. Ayer terminó el esperado juicio a la muchacha rica procesada por el asesinato de sus padres. A la joven, una estudiante de leyes de 19 años en el momento del doble crimen, le dieron 39 años y medio de prisión.

La historia de un romance que cruzó las barreras sociales y terminó en una tragedia mantuvo a todo Brasil tambaleante sobre un doble sentimiento: estremecimiento y fascinación. Así arribó ayer el veredicto del jurado de una corte de San Pablo que declaró a Suzane Von Richtofen, su novio Daniel Cravinhos y su hermano Cristian, culpables de asesinar a los padres de la estudiante en octubre de 2002.

La policía aseguró que Daniel y Cristian habían confesado el asesinato y que Suzane admitió haberles ayudado. Suzane dejó que Daniel, por entonces de 21 años, y el hermano de éste, Cristian, de 27, ingresaran a la casa de sus padres. Ambos hermanos golpearon a los padres, Marisia y Manfred von Richtofen, con una barra de hierro mientras dormían. Además, fueron acusados de asfixiar a la madre con toallas mojadas y bolsas de basura.

Durante cuatro años las alternativas del crimen y el posterior juicio que concluyó ayer acapararon la atención de la prensa brasileña. Esta semana hubo un momento clave: el de la declaración de Daniel Cravinhos. Al comparecer en el tribunal, dijo que Suzane le contó que era sexualmente abusada por su padre y que su madre la golpeaba. "Ella dijo que los odiaba y que quería verlos muertos", planteó.

Los dos hermanos llegaron a juicio acusados del asesinato. Pero Daniel afirmó que él mató a la pareja a pedido de su novia. Aseguró que Suzane lo convenció de probar un arma en el cuarto de los padres tres meses antes del asesinato para ver si el arma era muy ruidosa. La idea del arma fue descartada.

Aseguró entonces que se optó por otro plan. El día elegido, según contó, la chica los dejó entrar a la casa. Llegaron hasta el cuarto donde los padres dormían y allí, dijo Daniel, su hermano Cristian "se congeló". Daniel dijo que golpeó a cada uno de los padres de "cuatro a seis veces" en la cabeza y luego los cubrió con bolsas plásticas negras para que el hermano menor de Suzane -Andreas, quien estaba en un cibercafé- no los viera.

Daniel narró que el padre de Suzane la había amenazado con desheredarla de una fortuna estimada por la prensa en unos 2 millones de reales (unos 954 mil dólares) si la chica no terminaba su relación con él. Suzane y Christian Cravinhos estaban fuera del recinto del tribunal durante el testimonio de Daniel. Los tres fueron detenidos un mes después del crimen, ocurrido en octubre del 2002.

El día de los crímenes los dos hermanos y Suzane, según la fiscalía, saquearon la biblioteca familiar y se llevaron 7 mil dólares para simular un robo. Daniel y Suzane fueron a un motel a fin de fabricar una coartada y luego buscaron a Andreas del local de Internet. Enseguida regresaron al hogar, fingieron sorprenderse y llamaron a la policía para denunciar los asesinatos. Pero la policía entró en sospechas cuando descubrió que Daniel compró y pagó con billetes de 100 dólares una motocicleta al día siguiente del asesinato La policía arrestó posteriormente a Suzane y a los dos hermanos, que acabaron por confesar.

Manfred von Richtofen, de 49 años, era un ingeniero sobrino nieto de un as de la aviación alemana en la Primera Guerra Mundial conocido como el Barón Rojo, quien derribó 80 aeronaves enemigas antes de ser muerto en combate en 1918. La madre de Suzane, Marisa, de 50 años, era psicóloga. Suzane parecía tenerlo todo: atractiva, simpática, hija mayor de una familia acaudalada, beneficiaria de una vida acomodada en la mayor ciudad de Sudamérica, ahora pasará casi cuatro décadas en la cárcel. Los fiscales habían buscado el máximo castigo: 60 años de prisión, 30 por cada asesinato. Daniel 39 años en prisión. Cristian fue sentenciado a 38 años.
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Suzane Von Richtofen, hoy de 22 años.


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