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domingo,
23 de
julio de
2006 |
Quejosos
for export
Los rosarinos parece que podemos exhibir un nuevo título, el de quejosos "for export". Este mismo espacio que La Capital cede a sus lectores es caja de resonancia de quejas que a veces son tan inconsistentes que demuestran que la ciudad crece, pero la mentalidad de sus habitantes parece no evolucionar en el mismo sentido. Se leen reclamos por ruidos provenientes del autódromo cuando el mismo está desde décadas antes que aparecieran los barrios que lo rodearon, quejas por un corte de calles de unas pocas horas para hacer una maratón internacional que mostró imágenes de Rosario en el mundo. Nos quejamos porque hay que pagar dos pesos para entrar en verano al balneario La Florida, pero exigimos que sea una playa al nivel de Miami. Hasta se escucharon reclamos por la música de la bellísma fuente de aguas danzantes, el parque Independencia, en una actitud de intolerancia pueblerina. Habitantes de la ciudad, tomenos conciencia de que vivimos en una urbe que se proyecta para ser una de las más importantes de Sudamérica. El rancherío que rodeaba a la iglesia de la Virgen del Rosario quedó en los anales de la historia.
Carlos Diez
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