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sábado,
22 de
julio de
2006 |
Educación y finanzas
Al final de la conferencia de Bernard Lahire se abrió el diálogo con los docentes que asistieron al encuentro. Las preguntas fueron las mismas que preocupan a cualquier maestro argentino. Una de éstas intentó conocer cómo enfrentan los franceses los problemas de aprendizaje en los niños de menores recursos.
Lahire habló de ciertos dispositivos que considera claves. Uno de ellos es la interacción necesaria que debe darse entre alumnos y maestros, en pequeños grupos. "Esto lo digo de una manera firme y clara: si queremos ayudar a los chicos que no han construidos sus disposiciones escolares, hacen falta pequeños grupos que permitan mucha más interacción con los docentes, un encuadre afectivo y simbólico. Es absolutamente criminal tener grandes clases". Pero el problema que señaló es que estos instrumentos que pueden ser útiles para enfrentar los problemas de aprendizaje están siendo revisados por el gobierno francés y están desapareciendo.
"Por ejemplo, la escuela maternal está siendo revisada desde el Ministerio de Educación, se preguntan si es necesario mandar a la escuela a chicos de dos años. Esto -advirtió- por supuesto que no está ligado a ningún tipo de reflexión pedagógica".
Algo parecido ocurre con lo que en Francia llaman clases de adaptación y aquí conocemos como de integración.
Entonces la pregunta llegó del fondo del auditorio, de mano de una maestra que denotaba experiencia y conocimiento de los vaivenes de la escuela y las políticas educativas.
-¿No es contradictorio querer sacar las escuelas maternales cuando usted mismo señaló la importancia que tienen para los niños?
-(Bernard Lahire) Usted tiene razón, parece contradictorio, y por eso lo estoy explicando: es que el razonamiento de un ministro de Educación en Francia está más cerca del razonamiento del ministro de Economía.
Luego de los aplausos, la maestra tuvo la última palabra para decir: "Conocemos de esa experiencia".
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