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 sábado, 22 de julio de 2006  
El tiempo escolar, clave para mejores aprendizajes
El sociólogo francés Bernard Lahire defendió el ingreso temprano de los niños a las salas maternales

Ingresar cada vez más temprano a la escuela significa para muchos niños, en especial para los provenientes de sectores pobres, mayores posibilidades de éxito escolar. No es casual que esta sea una de las propuestas que defienden con mayor énfasis las organizaciones dedicadas a la infancia. Es más, es uno de los puntos que contempla para debatir la nueva ley de educación nacional que por estos días intenta ganar el debate en la Argentina.

Para el sociólogo Bernard Lahire este tema ya forma parte de sus convicciones personales. Es que, durante años, el colega de Pierre Bourdieu se dedicó a estudiar el éxito escolar en los sectores populares. Hoy dice: "Sólo el tiempo escolar puede ayudar a los chicos de sectores populares a construir algo, mientras que otros tiene distintas ocasiones por fuera de la escuela para hacer".

Bernard Lahire es director de la Escuela Normal Superior de Letras y Ciencias Humanas de Lyon. Es reconocido por sus trabajos sobre la familia y la escuela. Tiene un número importante de libros y publicaciones, pocas de ellas traducidas al español. Fue uno de los invitados extranjeros por Flacso, junto a la inglesa Sally Power y el colombiano Carlos Iván García.

En el seminario de Flacso, Lahire fue presentado por la directora Guillermina Tiramonti como el "postre" del encuentro. Y tal afirmación no fue desacertada porque, aunque para la mayoría de los asistentes su obra era todavía una invitación a conocerla, bastó con escucharlo para que se ganara nuevos lectores.

Se preocupó desde el inicio de despejar términos, en especial de aquellos que hacían a la esencia del título de su charla: "Pensar la acción: entre la pluralidad disposicional y la pluralidad de contextos".

"Uno de los temas que se utiliza en Francia comúnmente es el de predisposición y desgraciadamente para el sociólogo las predisposiciones son naturales, innatas. Las disposiciones de las que hablo son disposiciones socialmente constituidas, formadas a través de la exposición social, a través de la multiplicidad de experiencias sociales. Hablo entonces de maneras de ver, de sentir, de actuar".

La aclaración inicial cobró mayor sentido cuando defendió la escolarización de los niños desde muy temprano. En Francia el ingreso a las salas maternales desde los dos años es algo frecuente, gratuito y accesible a todos los sectores. En esta alternativa hizo notar el sociólogo las mayores posibilidades de un futuro promisorio para cientos de niños que provienen de familias con culturas distintas a las que demanda el mercado escolar.

"Hoy se sabe que los chicos de sectores populares en Francia que han accedido muy precozmente a la escuela maternal tienen trayectorias escolares mucho más felices que los demás", resaltará en varias ocasiones el sociólogo francés.

Tan defensor es de este tiempo de exposición en las aulas que hasta llegó a cuestionar las salidas o paseos que en nombre de la compensación educativa se demandan para los niños. "Parece reaccionario -advirtió- decir eso, pero desgraciadamente si somos realistas y tenemos en cuenta que el tiempo se vuelve más discontinuo, vemos que esto juega en contra de los chicos de sectores populares". En tanto, consideró que estas formas de abrirse al mundo de la escuela responden más a demandas de las clases medias y altas.

Para Lahire el papel de la familia no es menor, si se trata de hablar de cómo los niños se relacionan y aprenden en ella, y cómo luego llegan a la escuela.

Recordó entonces que hoy es reconocido que "las familias dotadas de recursos culturales, sobre todo las que tienen experiencia escolar, le entregan a la escuela chicos ya portadores de una serie de disposiciones escolares, en formas lingüísticas, un cierto dominio de sí, un cuerpo inspirado muchas veces y viejas competencias escolares que no son de desdeñar".

Sin embargo, Lahire recordó también a los niños que no corren con igual suerte y que, por lo tanto, no tendrán las mismas oportunidades a la hora de apropiarse del saber escolar, "salvo por el tiempo que estén en la escuela".

Entonces su discurso se volvió categórico para indicar que es allí, en esas decisiones, donde "se puede medir la responsabilidad pedagógica y política de la escuela".

Al mismo tiempo recordó que hay chicos de sectores populares con disposiciones culturales faltantes, algo que es importante saber -dijo- "si queremos tomar conciencia de que la educación no es erradicación. Los docentes y maestros no son misioneros, no hay que tener la idea de que vamos a erradicar los malos hábitos y poner un su lugar los más buenos, hay que trabajar con los hábitos que llegan a la escuela. Y en la medida de lo posible apoyarse en parte de esos hábitos para construir otros".

No fue casual entonces que cerrara su conferencia con una invitación: "Los invito a observar a sus alumnos como seres mucho más complejos de lo que podemos imaginar al principio, imaginar que esos individuos son mucho más maleables, transformables de lo que pensamos, pero para eso hay que trabajar las estrategias pedagógicas para basarnos en lo existente, y si lo queremos, si lo anhelamos, transformarlo".
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El pensador Bernard Lahire.

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