Denuncian riesgos en los subtes porteños

Dirigentes de los gremios del personal de los subterráneos porteños advirtieron ayer que el sistema constituye una "trampa mortal con riesgo de vida" para los usuarios. La empresa concesionaria, Metrovías, salió al cruce de esas aseveraciones, formuladas un día después de la tragedia en la ciudad española de Valencia, argumentando que destina 33 por ciento de la plantilla para tareas de seguridad, lo que le demanda 80 millones de pesos anuales.

Claudio Dellecarbonara, delegado de la línea B, afirmó que en los túneles del subte "no hay una infraestructura de seguridad, pues las instalaciones fueron construidas hace más de 50 años. No hay salidas de emergencia ni vías de escape".

La preocupación por las condiciones de seguridad del servicio de subterráneos porteño se reabrió ayer un día después de que en un accidente en el Metro de Valencia, España, murieron 41 personas y 47 resultaron heridas.

El 21 de junio una formación de la Línea D descarriló entre las estaciones Plaza Italia y Scalabrini Ortiz a raíz de una falla técnica y cuatro personas debieron ser asistidas, tres de ellas por contusiones y la restante por un ataque de nervios.

Dellecarbonara sostuvo que "a la falta de mantenimiento a nivel general" se agrega que "hay fatiga de los materiales, fisuras, problemas en las ruedas. Se está viajando muy mal, la gente lo sabe y lo hace poniendo en riesgo su vida. Los trabajadores también estamos en riesgo, y por eso estamos muy preocupados", advirtió.

Un portavoz de Metrovías dijo que "la empresa tiene al 33 por ciento de su personal afectado a tareas de mantenimiento e invierte alrededor de 80 millones de pesos en el rubro. Es una irresponsabilidad que los delegados digan que el subte es una trampa mortal", advirtió.

Sin embargo, la presidenta del Centro de Educación del Consumidor (CEC) porteño, Susana Andrada, manifestó que "hay muchas falencias" en el sistema de seguridad de subterráneos, lo que puede llevar a que en Buenos Aires ocurra un siniestro como el que se produjo anteayer en el Metro de Valencia.

Andrada afirmó que las principales anomalías que detectó una investigación del CEC están vinculadas a la falta de matafuegos en estaciones y vagones, ausencia de botiquines de primeros auxilios y cierre de salidas de emergencia durante los fines de semana. (DyN)