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miércoles,
05 de
julio de
2006 |
Once primos se hicieron sacar sus
estómagos para poder sobrevivir
Heredaron un gen que les daba una probabilidad del 70% de padecer cáncer
Mike Slabaugh carece de estómago y lo mismo ocurre con diez de sus primos. Mientras crecían, observaron sin poder hacer nada cómo un raro cáncer de estómago, de origen hereditario, mató a su abuela y a algunos de sus familiares, tías y tíos. Decididos a ganarle la batalla al cáncer, se hicieron exámenes genéticos. Tras descubrir que habían heredado un gen imperfecto de su abuela Golda Bradfield, descubrieron que tenían las siguientes opciones: una probabilidad del 70 por ciento de padecer cáncer, o la extirpación de sus estómagos. Y en ese último caso, deberían vivir comiendo muy poco, y con mucha frecuencia.
Todos los primos optaron por la extirpación del estómago.
"No sólo estamos sobreviviendo. Estamos prosperando", dijo Slabaugh 16 meses después de ser operado en el Centro Médico de la Universidad de Stanford en Palo Alto.
Los progresos en los exámenes genéticos están ofreciendo a familias con genes defectuosos la posibilidad de avizorar el futuro, y en ocasiones anticiparse a una enfermedad.
Hay personas en Estados Unidos que se han extirpado estómagos, pechos, ovarios, el colon o las glándulas tiroides al descubrir mediante exámenes que portaban un gen defectuoso que podía causarles cáncer en el futuro.
Los expertos dicen que algún día, los médicos podrán hacer pruebas de ADN a fin de anticipar eventuales problemas de salud.
Slabaugh, que vive en Dallas, se reunió en fecha reciente con varios de sus primos en Las Vegas dos meses después que el último del grupo, Bill Bradfield, de Farmington, Nuevo México, se sometió a la operación.
Los primos fueron al casino, vieron espectáculos y cenaron en la "Ciudad del Pecado".
"En lugar de vivir aterrados, decidieron enfrentar su destino genético", dijo David Huntsman, de la Universidad de Columbia Británica, que encontró la mutación del gen en la familia.
La mutación del gen CDH1 fue descubierta por primera vez en 1998 en una familia numerosa de Nueva Zelanda con antecedentes de cáncer de estómago. Aquellos con la mutación tenían un 70 por ciento de riesgo de cáncer de estómago.
Herencia
Esa mutación mató a Golda Bradfield en 1960. Ella transmitió el gen defectuoso a siete de sus hijos. Seis murieron de la enfermedad cuando tenían entre 40 y 50 años.
Sus 18 nietos se enteraron de ese gen defectuoso después que uno de ellos, David Allen, murió de cáncer de estómago en el 2003. El médico envió una muestra de sangre al laboratorio Huntsman, que confirmó la mutación genética.
Poco después, los 17 restantes fueron sometidos a exámenes. Once que tenían el gen defectuoso fueron intervenidos quirúrgicamente.
Slabaugh, afectado por la muerte de su madre cuando era un adolescente, no vaciló en hacerse la operación. El y otros cinco primos se operaron en Stanford. Los otros miembros de la familia lo hicieron en hospitales más cercanos a sus hogares.
"Me despierto cada mañana pensando que he ganado un día más de vida", dijo Slabaugh, un ejecutivo de mercadeo, de 52 años de edad.
Todavía se ignoran los efectos a largo plazo de la extirpación del estómago, cómo afecta la calidad de la vida.
Le demoró alrededor de un año a Linda Bradfield, una coordinadora de mercancías, de 55 años de edad, de Irvine, California, aceptar que carecía de estómago. Al principio, sólo podía consumir 800 calorías diarias, y estaba sometida a una estricta dieta blanda. Gradualmente añadió vegetales como lechuga y repollo, pero todavía no puede comer pan blanco, pues es difícil de digerir. Sin embargo, Bradfield asegura que "la vida es bastante buena, inclusive sin un estómago". (AP)
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Fotos
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Mike Slabaugh (segundo izq.) en una reunión con otros parientes también operados.
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