El subterráneo accidentado en Valencia iba al doble de la velocidad permitida

En el descarrilamiento murieron 41 personas y otras 47 resultaron heridas. Culpan al maquinista

El análisis de la caja negra del subterráneo que descarriló ayer en Valencia y causó la muerte a 41 personas -entre ellos un argentino- y heridas a otras 47, reveló que el tren circulaba a 80 kilómetros por hora, el doble de lo permitido en la curva donde se produjo el accidente, indicó ayer el Consejero de Industria y Transporte valenciano, José Ramón García Antón.

El conductor apretó repentinamente el acelerador en una curva y luego trató de desacelerar, pero no pudo evitar que el tren descarrilara, según determinaron los expertos que analizaron la caja negra.

Jorge Alvarez, del sindicato ferroviario, afirmó que el maquinista era un agente de estación que no había recibido el entrenamiento suficiente y acusó a las autoridades regionales valencianas de no invertir en transporte público. Agregó que el maquinista había sido entrenado 14 días en vez de haber realizado la práctica en los dos meses reglamentarios. El hombre, que llevaba seis meses trabajando en ese puesto, murió en el accidente.

Un informe del Comité de Seguridad de Circulación de la empresa Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), indicó que "el exceso de velocidad, al que no encontramos explicación, nos hace pensar que el maquinista pudo sufrir algún tipo de indisposición que impidiera su reacción".

"Ahora sabemos con seguridad que algunas de las informaciones pueden descartarse, como la versión de que la bóveda del túnel se había desprendido, porque está en perfecto estado", explicó el responsable directo de la empresa pública FGV.


Inversión en seguridad
El responsable de los Ferrocarrils de la Generalitat Valencia recordó que en los últimos años, en la línea 1, donde se produjo el accidente, se hizo una inversión de 120 millones de euros para reponer prácticamente toda la infraestructura y para introducir medidas de seguridad.

"Es una línea que entró en funcionamiento entre 1988 y 1989, en la que circulan vehículos todos los días y nunca pasó absolutamente nada, los ferrocarriles y los rieles están en perfecto estado y no hay ningún tipo de problemas", añadió García Antón.

En cuanto a las medidas de seguridad, el responsable valenciano consideró que no es necesario aumentar los mecanismos actuales, porque los trenes disponen del sistema de frenado automático puntual, que ha estado funcionando durante mucho tiempo y es lo que aconsejan los protocolos.

Este sistema debe ser programado, y al parecer no lo estaba para frenar en este tramo, una curva en la que no se puede circular a más de 40 kilómetros por hora.

Por su parte, Alvarez -secretario general del Sindicato Independiente Ferroviario (SIF)-, describió al maquinista como "muy responsable" y se quejó de que el sistema de metro carece de medidas de seguridad como buenas señales de tránsito y frenos automáticos para prevenir la aceleración excesiva de los trenes. Agregó que el siniestro es "un desgraciado accidente", motivado por una "manifiesta falta de inversión de la Generalitat valenciana", por lo que solicitó la dimisión del consejero García Antses.

Para el SIF, la línea 1 carece de medidas técnicas apropiadas, como un sistema de frenado automático que pueda impedir que se exceda una determinada velocidad y evitar así el descarrilamiento, una cuestión que responde la falta de inversión del gobierno autónomo. (Télam)

Parientes de las víctimas concurrieron al depósito provisional de cadáveres en Valencia.