Resistió cinco horas el traslado de su puesto de venta ambulante

Un vendedor ambulante resistió ayer durante más de cinco horas el traslado de su puesto de la esquina de Entre Ríos y San Luis y hasta fue apoyado por sus colegas, que transformaron el lugar en un verdadero pandemónium. Después de momentos de tensión y cuando también ya había llegado un móvil policial, el hombre cedió y se desplazó unos metros.

Angel De Armas tiene 40 años, es casado y a su cargo se encuentran dos hijos adolescentes y su madre afectada por una enfermedad crónica. Es titular del puesto ambulante ubicado en la ochava noreste de San Luis y Entre Ríos y comercializa prendas de vestir.

Ayer, a las 8.30, llegaron al lugar dos móviles de la Guardia Urbana Municipal (GUM) y uno de la comisaría 2ª.

De Armas explicó que "la GUM pretendió correr el puesto alegando que la dirección del permiso no es la que ocupa actualmente", pero aseguró que había consensuado esa ubicación en la Secretaría de Gobierno.

El responsable legal de la GUM, Mariano Savia, explicó que "como autoridad, previa intimación al vendedor, se le exigió que efectuara su trabajo de acuerdo al catastro que le asignó el permiso de habilitación".

Savia destacó que antes de regularizar la actividad de los vendedores "hubo una instancia de oposición, de concertación y ahora nos encontramos con este caso puntual de negación a cumplir con el terreno asignado".

El abogado reconoció que "son 20 o 30 pasos" los que separan la actual radicación del comerciante con el lugar que los efectivos pretendían que respetara, pero remarcó que no era "un capricho" de la Municipalidad, ni de la dependencia a la cual representa. "De acuerdo a un estudio técnico realizado por el municipio estamos verificando las ubicaciones y las habilitaciones. Este puesto en particular se encuentra afectando la visibilidad y tenemos denuncias de algunos comerciantes de la zona", puntualizó.

Lo cierto es que después de momentos de tensión y pasadas las 13, De Armas accedió a ocupar el espacio indicado por los inspectores municipales, pero destacó que quedaba a la espera de una reunión con las autoridades de la Secretaría de Gobierno para volver a radicarse en la tradicional esquina.

El hecho ocurrió en Entre Ríos y San Luis.