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 domingo, 02 de julio de 2006  
El cazador oculto: "Una atractiva encantadora de serpientes"

Ahora se entiende todo. No es que fuera un gran misterio, pero había despertado dudas. Y no es para menos. Sí le dijeron que no a Natalia Oreiro. Sí, entendió bien, le dijeron que no a la chica éxito del momento. Porque, por si alguno no está enterado, "Sos mi vida", la telenovela en la actriz uruguaya hace pareja con Facundo Arana, revienta el rating del prime time nocturno. ¿Quién cometió semejante locura? La gente de "La peli", la realización que Gustavo Postiglione que lanzó, con bombos y platillos, en Pobla del Mercat. El paquete restó de Luciano Nanni, un joven chef con más pinta de intelectual de izquierda francés que de experto en cocina, se pobló esa noche de caras extrañas. Porque, hay que decirlo, la gran mayoría de los invitados al cóctel jamás habían pisado (ni pisarán) el local y mucho menos pagarán sus abultadas cuentas. Están fuera del alcance de sus bolsillos flacos. Por eso, cuando se cumplieron las formalidades de rigor, se abalanzaron sobre las mesas prolijamente tendidas en busca de vituallas para combatir el frió que a esas horas calaba los huesos. A la cabeza del lote se ubicó Ale Simonetto, que a la luz de la velocidad con que dio cuenta de los bocaditos que acercaban los mozos es seguro que pronto emulará a Carlitos Bermejo más allá de la pantalla de "De 12 a 14". Jorge Galfione, que desde que se enteró que le dieron un papel en la película, anda por la vida con una sonrisa de oreja a oreja, no le fue en zaga. Lejos de la mirada vigilante de su jefe, el bueno de Jorgito Llonch, que con un saco de paño oscuro y la vista perdida en el horizonte parecía el capitán Ahab de "Moby Dick", comía con la voracidad de un naufrago. Fernanda Mainelli, que desde que se le terminaron los problemas existenciales se viste como si fuera la abuelita de Tweety, miraba los bocaditos de lejos. Quería comer, pero no podía. Y, claro, cuando uno está de novio con una "celebrity" tiene que cuidarse. Ahí estaba Verónica Solina para probarlo. Fiel a su estilo ochentoso, lució un tapado oscuro y largo igualito a los de Simon Lebon, en lo viejos buenos tiempos de Duran Duran. Aunque no mostraba nada, o mejor, escondía todo, lucía sexy, muy sexy, pero no más que Noelia Campo, la niña bonita que desplazó del protagónico de "La peli" a la Monita. Una encantadora de serpientes. No hay nada más que hablar. Ahora

se entiende todo.
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