Choferes mujeres

Quisiera hacer un aporte a la comunidad rosarina. Después de un análisis minucioso he llegado a la conclusión que los colectivos urbanos deben ser conducidos por mujeres. ¿Por qué? Porque no son groseras, no utilizan la prepotencia, hacen múltiples cosas a la vez (y las hacen bien), como madres tendrían en cuenta cuando trasladan a niños o ancianos, obedecen las normas y cuidan su presencia, entre otras cosas. Soy una usuaria permanente del transporte público y es una pesadilla. Cada mañana al salir de casa me pregunto: ¿qué nuevo episodio tendré que vivir hoy? Para dar un pequeño ejemplo, los primeros días de mayo subo, a las 12.15, en San Juan y Ovidio Lagos a un coche de la línea K, interno 19; coloco la tarjeta y tuve la impresión que no había marcado (pocas veces tienen tinta las máquinas); pregunto al chofer si estaba correcto y no me responde, vuelvo a preguntar y no contesta, vuelvo a preguntar y me ladra diciendo que está manejando y no se puede distraer. A las pocas cuadras sube un chofer que iba a tomar servicio, y comenzó entre ambos una charla fluida. Indignada me acerco, y haciendo referencia a lo anterior le recrimino. Molestos permanecen rumiando en silencio. Por mi edad he vivido épocas donde el chofer daba el boleto, cobraba, daba vuelto, conducía sobre empedrado y tenía tiempo para ser gentil. Es evidente que ahora, tal vez por la alimentación transgénica, uno de los hemisferios cerebrales está atrofiado en los conductores. Este comportamiento antisocial no está así porque sí, evidentemente el sistema está acéfalo, no hay control, ni sanciones ni proyectos ni planificación acorde a la ciudad que tenemos y que se quiere publicitar como apropiada para el turismo cuando no podemos solucionar problemas internos. ¿Si hay conductores buenos? Tal vez sí, pero son tan pocos que no se notan. Incorporemos a las mujeres ya que la mayoría de los choferes de las líneas de la ciudad no están suficientemente capacitados para realizar esa tarea.

Mirta Firma, DNI 4.657.287