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 sábado, 11 de marzo de 2006  
Balance y desafíos de la universidad para el 2006
"Una universidad pública, gratuita y de ingreso directo es lo que necesita ahora el país"
El rector de la Universidad Nacional de Rosario, Ricardo Suárez, propone derogar la actual ley de educación superior y reemplazarla por otra que nazca del consenso de toda la comunidad académica

Matías Loja / La Capital

En medio de un conflicto salarial planteado por la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu), las instituciones de educación superior se aprestan a iniciar un nuevo período lectivo.

El calendario académico, definido por cada facultad, indica que mientras algunas casas de estudios ya han iniciado las clases, otras aún llenan sus pasillos de alumnos en período de inscripción.

Mientras tanto, a nivel nacional, el debate acerca de la realidad de las universidades pasa por estos días por la sanción de una nueva ley universitaria -o la reforma de la actual-, la posible creación de nuevas instituciones de educación superior, y la necesidad de profundizar la articulación con la escuela media.

Ante este panorama, varios desafíos le esperan para este 2006 a la Universidad Nacional de Rosario (UNR), una de las universidades más grandes de la Argentina, tanto por la cantidad de alumnos que cursan en alguna de sus 12 facultades (más de 75 mil), como por su oferta académica, sólo superada por la Universidad de Buenos Aires, que al decir de su rector, Ricardo Suárez, la convierte por en "una de las mejores universidades del país".

Ricardo Suárez es la máxima autoridad de la UNR desde 1998 -reelegido en el 2003-, y el actual será el último año completo de su gestión, ya que en los primeros meses del año próximo la Asamblea Universitaria congregará a sus 270 miembros para elegir su sucesor.

"Este es un cargo me ha dado muchas satisfacciones y lo hago con alegría, pero si algo puedo lamentar es haber perdido el contacto con los alumnos, porque a mí me gusta dar clases", destaca respecto de su puesto al frente de la UNR, e indica que probablemente cuando finalice su mandato volverá a enseñar en la Facultad de Ciencias Económica, lugar que lo tuvo como docente y decano.

A la hora de hablar de logros, una de las mayores satisfacciones que enumera Suárez es el premio Balseiro recibido por la UNR en diciembre pasado, por su labor de vinculación entre las áreas de investigación y el sector productivo. El reconocimiento, que entrega desde hace 12 años el Ministerio de Educación de la Nación, se sustenta entre otras cosas, en los proyectos de investigación aprobados por el Consejo Superior de la UNR, que en la última década se cuadruplicaron.

-¿Más allá de lo presupuestario, cómo se encuentra hoy la UNR?

-Ese es el tema que más preocupa. Pero por sobre ello, la universidad tiene una serie de recursos humanos, que tal vez son los más importantes, que no son cuantificables en dinero. Y eso ha hecho, por ejemplo, que el año pasado pudiéramos recibir el Premio Balseiro a la Ciencia y Técnica, en virtud de todo el trabajo que se había hecho. El año pasado, por ejemplo, se ratificaron por medio de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau) en carreras de interés público la de medicina y las de la Facultad de Ingeniería, que son casi ejemplos dentro de la nación en cuanto a la calidad de su enseñanza y al cumplimiento de estándares de calidad. También ha sido aprobada la carrera de agronomía. Con lo cual todas las carreras que la UNR tiene denominadas como de interés público han sido aprobadas, remontándonos a los tiempos de la escuela primaria, con "felicitado".

-¿Cómo toma este tipo de reconocimientos?

-Uno se siente muy satisfecho y lleva a pensar en el desarrollo que tiene esta universidad, sobre todo cuando yo digo que es una de las mejores del país, no sólo por su oferta académica, que es la segunda de a nivel nacional, sólo superada por la UBA, sino también por la calidad de las mismas. Si analizamos, por ejemplo, las carreras de posgrado comprobaremos que casi todas están categorizadas por la Coneau, cosa que no sucede en muchos lugares, y que además de eso muchas están categorizadas muy bien.

-En octubre del año 2004 usted presentó el plan de acción para los próximos años llamado Compromiso UNR, en el cual se refirió, además de lo presupuestario, al avance de determinadas corporaciones empresarias en la educación. ¿En que situación estamos al respecto?

-En cuanto al avance de empresas en la universidad pública esta es una realidad que se está viendo y que ha tomado difusión pública por la acción de malas empresas. Como sucedió en el caso de la Universidad de Formosa, porque se trató de una universidad pública que cayó en esta maniobra (ver aparte), pero de cualquier forma eso está indicando que hay una cierta labilidad en el sistema. En esto hay que andar con mucho cuidado, porque siguen las empresas encontrando en la educación uno de los grandes negocios que están quedando en el siglo XXI.

-En la Argentina, pese al alerta internacional sobre el tema, daba la sensación que este tipo de maniobras se veían lejanas...

-Lo de Formosa dio a entender que no era algo lejano, y que tenemos que tener cuidado. Acá también hay un problema que la gente tiene que analizar, y que nosotros estamos alentando en las reuniones del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) desde hace tiempo ya. Y es el hecho de que para crear una universidad pública se requiere una ley que pase por diputados y senadores, además de la votación de su presupuesto; mientras que para crear una universidad privada se requiere simplemente un decreto presidencial. Esto quiere decir, más allá que uno tiene la mayor estima y el mayor respeto por los presidentes, que el proceso es mucho más rápido, mucho más simple, y a veces se puede prestar a confusiones, errores, incluso a engaños.


Compromiso social
-¿Cómo se posiciona ante la disyuntiva de la universidad como formadora de graduados que respondan a las demandas de la sociedad y a las del mercado?

-Nosotros queremos, y tratamos, que nuestros universitarios sean ciudadanos solidarios. Que tengan presente el capital intelectual que les fue brindado de manera gratuita, porque acá no se pagan aranceles, y que por ello tienen la obligación, no sólo de vivir bien él y su familia, sino también de brindar a los demás parte de los ingresos generados de ese capital intelectual.

-En este sentido, ¿cómo tomó la respuesta de varios legisladores nacionales que se reunieron con usted en junio del año pasado ante la emergencia financiera de la universidad, muchos de ellos formados en la UNR?

-Eso fue algo muy alentador. A nosotros nos ayudó mucho moralmente, e incluso muchos de ellos han hecho intensas gestiones en el congreso a favor de la universidad. Por ello nosotros vamos a repetir ese encuentro este año.


Universidad pública
-Usted fue reelecto como rector en el 2003 con más del 85 por ciento de los votos, ¿ese apoyo numérico se vio reflejado en la realidad en estos años?

-Sin dudas. En ese sentido estoy agradecido, creo que lo que se ha hecho se hizo muchas veces con la buena voluntad de la gente. Es una buena comunidad universitaria y estoy orgulloso de ella.

-Hace poco se difundió una encuesta en la que se destaca que la universidad es la institución con mayor confianza de la sociedad ¿Coincide con esta consideración?

-Conozco esa apreciación desde hace tiempo, y es una enorme responsabilidad. Creo que en general, las universidades, con su enorme carga de virtudes y defectos, representan para la gente una entidad imparcial, donde prima la parte académica por sobre los intereses políticos. Y eso es lo que deberían ser.

-¿Sigue creyendo en la universidad pública y gratuita?

-Una universidad pública, gratuita y de ingreso directo yo creo que es lo que necesita el país ahora. Creo que importar un modelo de universidad de un país distinto produce fracaso. Y nuestro país necesita una universidad que sea inclusiva.
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Para el rector Suárez el escándalo de la Universidad de Formosa mostró la labilidad del sistema.

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