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domingo,
09 de
octubre de
2005 |
Un pie en Europa. España refuerza Ceuta y Melilla con un sofisticado sistema de seguridad
Repatriarán a los ilegales africanos abandonados en el desierto
Los inmigrantes carecen de agua y alimentos, y entre ellos hay enfermos, niños y mujeres embarazadas
Melilla. — Cientos de inmigrantes subsaharianos que fueron abandonados a su suerte por las fuerzas de seguridad marroquíes en una zona desértica de la frontera sur de Marruecos con Argelia van a ser reagrupados en Ujda (noreste marroquí) para ser repatriados “lo antes posible” a sus países de origen, según fuentes diplomáticas. Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció el viernes que entre 500 y 800 inmigrantes subsaharianos habían sido trasladados por Rabat desde la frontera de Ceuta y Melilla a una zona desértica del este de Marruecos cercana a Argelia, en la que carecen de alimentos y agua y, entre ellos, hay heridos, varios graves, embarazadas, niños y enfermos.
Diplomáticos de algunos de los países de procedencia de los inmigrantes llegaron ayer en un helicóptero a la localidad marroquí de El Aouina-Souatar (unos 500 kilómetros al sur de Ujda), donde se han reagrupado unos 300 subsaharianos. Estos diplomáticos pidieron a los inmigrantes que se reagruparan por países de procedencia para ser trasladados hasta Ujda, desde donde serán repatriados a sus países de origen por vía aérea “lo antes posible”, según declaró el embajador de Senegal en Marruecos, Ibu Ndiaye.
Vehículos marroquíes llegaron a El Aouina-Souatar con inmigrantes subsaharianos que recogieron en las carreteras y caminos próximos a esta pequeña aldea, y que ya habían iniciado una penosa travesía a pie hacia el norte de Marruecos, según las fuentes.
Poco antes de la medida tomada por los diferentes país es afectados, el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, dio instrucciones al ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, para que, en contacto con Marruecos, se preste ayuda humanitaria a esos subsaharianos abandonados y cuyo traslado al desierto Marruecos todavía no ha reconocido.
El coordinador de MSF en Marruecos, Javier Gabaldón, aseguró que este organismo no gubernamental ha organizado el traslado de algunos de los subsaharianos a hospitales y proporcionado comida, agua, mantas y plásticos a las personas que más lo necesitan, como las mujeres y treinta enfermos. De este grupo de más de 500 subsaharianos abandonados ya son diez las personas que han muerto debido a las terribles condiciones en que son abandonados”.
Reproches entre soldados
Un joven originario de Mali explicó que hace seis días fueron trasladados en colectivos y camiones marroquíes hasta una zona desértica situada en el lado argelino de la frontera entre Marruecos y Argelia, oficialmente cerrada desde 1994. Aseguró que incluso se registró un intercambio de reproches entre militares de los dos países y que los argelinos les conminaron poco después a volver a entrar en territorio marroquí ya que en el lugar carecían de agua y de cualquier tipo de alimento. Fue entonces cuando este grupo de unos entre 500 y 800 subsaharianos inició una larga marcha a pie hacia las aldeas situadas en los alrededores de Bouarfa, donde algunos pudieron conseguir algo de pan que les proporcionaron poblaciones nómadas que transitan por el lugar. El joven maliense repitió una y otra vez que quieren que los deporten a sus países de origen pero no que les abandonen a su suerte en el desierto, sin agua ni comida.
Para frenar las constantes avalanchas de inmigrantes africanos que intentan penetrar en los enclaves españoles de Melilla y Ceuta, fronterizos con Marruecos, el gobierno de Madrid comenzará en los próximos días a reforzar las vallas de ambas ciudades con un sofisticado sistema de seguridad pionero en el mundo. Pero el objetivo no es sólo impedir la entrada en territorio español de estos “clandestinos” —más de mil lo han conseguido desde finales de agosto— sino también evitar que los indocumentados resulten heridos a causa del alambre de púa que actualmente corona las verjas fronterizas que intentan saltar con ayuda de sus escaleras artesanales.
De hecho, las imágenes de desesperados inmigrantes subsaharianos con las manos, los brazos y el rostro lleno de cortes sangrantes producidos por las cuchillas de acero de doble hoja de esa alambrada en forma de espiral —conocida como “concertina”, ya que se despliega como un acordeón— resultan cada vez más incómodas para el gobierno español e impresionaron incluso al jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero.
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Un grupo de ilegales es trasladado a un centro de atención. Muchos temen por su vida si son obligados a volver a sus países de origen.
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