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 domingo, 09 de octubre de 2005  
Los aumentos atacaron de nuevo
En Foco: el ingreso de los ricos y la inflación de los pobres

El uno por ciento de los contribuyentes al fisco argentino concentra el 70% de la capacidad de venta en el país y si se quiere ahondar un poco más, sólo el 0,2% son responsables del 48% de las ventas. Los datos que corresponden a un relevamiento anual que realiza la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) son un cachetazo de la realidad, una señal de alerta. Tal vez, una de las tantas respuestas para explicar el fenómeno de la inflación en la Argentina. Esa fenomenal concentración quizás permita entender por qué aumentan los precios de los alquileres o de la carne, cuando ningún "hijo de vecino" está comprando casas o exportando los más preciado de nuestras pampas.

"La inflación no tiene una sola explicación, es un conjunto de aspectos", explicó el economista local Sergio Arelovich, quien sin embargo destacó que el mapa de la distribución del ingreso es un elemento clave a tener en cuenta a la hora de explicar la suba del índice de precios e hizo referencia a la poca voluntad de algunos sectores de modificar este escenario. "Desde la devaluación a esta parte las exportaciones crecieron cinco veces, por aumento de las ventas y por la diferencia del tipo de cambio. que creció tres", dijo. Cuando ese sector "dice que no puede aumentar salarios porque debe trasladarlos a precios está diciendo que no quiere perder la porción de la torta que tenía, no quiere modificar el esquema de distribución", agregó el analista. En el universo de estas compañías que colocan sus productos en el exterior se encuentra buena parte de las que abastecen al mercado interno y son formadoras de precios.

Pero hablar de inflación es hablar del bolsillo de las personas y no es lo mismo el impacto del Indice de Precios al Consumidor (IPC) en un salario de 500 pesos que en uno de 5.000. Está claro que el primero destinará la mayor parte de sus ingresos a las necesidades básicas como comida y vestimenta, mientras que el otro, además, se dará gustos más sofisticados. Es probable que los precios tiendan a acompañar la demanda de este último.

Un estudio de abeceb.com indica que "en el último mes el capítulo alimentos y bebidas explican el 65,2% del incremento del 1,2% del IPC, mientras que la indumentaria representa un 19,4%". De este modo, "entre los dos participan en el 84,6% del aumento de precios de septiembre".

Aunque el presidente Néstor Kirchner culpe a los supermercadistas por la suba de la inflación de septiembre, la primera dama responsabilice a los empresarios -lo hizo en el precoloquio de Idea de Pilar- de los incrementos y el ministro Lavagna siga explicando que lo que hace falta es inversión para descomprimir la presión de la demanda, la situación no pinta muy distinta para 2006.

Según abeceb.com, "las presiones inflacionarias continuarán ya que a pesar de que los salarios se vinieron recuperando existe una fuerte dispersión entre los distintos sectores" que se sentirán el año próximo. A eso deben sumarse los postergados ajustes de los servicios públicos regulados.

Una vez que esto ocurra y la inversión comience a llegar, ¿se detendrá el proceso inflacionario? Tal vez sería bueno volver al principio (de la nota).

S.C
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