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 domingo, 09 de octubre de 2005  
Mercados
La baja de las bolsas fue apenas un tropezón para la plaza local
A pesar de un escenario global de incertidumbre, todo indica que el índice Merval buscará los 1.730 puntos

Salvador Di Stéfano

El impacto de la baja en las bolsas en el mundo en la Argentina fueron sólo una piedra en el zapato dentro de la tendencia alcista que muestran los mercados emergentes de América Latina.

El martes pasado, una serie de comentarios muy negativos de directores de la Reserva Federal de Estados Unidos lanzaron la voz de alerta. La economía se enfrenta a dos grandes desafíos: por un lado, las expectativas de inflación producto de la fuerte suba del petróleo y los problemas derivados de la falta de gas en el país del Norte podría impulsar a la suba el precio de este combustible; y, por el otro, la economía estadounidense podría desacelerarse frente a la fuerte presión alcista de los precios.

En tanto, la Reserva Federal también se encuentra frente un dilema: subir la tasa para controlar la inflación o bajar el interés para tender al crecimiento de la economía y el empleo.

Sin embargo, si sube la tasa de interés se puede enfrentar a un serio problema financiero en función de que en Estados Unidos se desató una burbuja inmobiliaria, con precios de las propiedades por la nubes y con alto financiamiento bancario.

En cambio, si baja la tasa de interés puede seguir inflando la burbuja inmobiliaria y espiralizar la inflación. Como se vislumbra será muy difícil arribar a una solución única, aunque queda claro que la Reserva Federal nunca se suicida y no llevará al país a una desaceleración económica.

En el mientras tanto, hay un exceso de ahorro en el mundo y no se observan inversiones de peso. Un cuadro de situación que genera una fuerte incertidumbre, máxime si se tiene en cuenta que la conducción de la Reserva Federal está cambiando de manos, por lo que difícilmente tome decisiones en la actual coyuntura.

El saliente titular de la Reserva Federal, Alan Greenspan, al igual que su antecesor Paul Volker, logró alta reputación luego de que el mercado entró en crisis y supieron manejarla. Tal vez el nuevo presidente necesitará una crisis para hacer valer sus galardones.


Qué pasa por estos lares
En Argentina los vaivenes internacionales hasta ahora afectaron muy poco, a pesar de la baja generalizadas en las bolsas del mundo, que impactó en la bolsa porteña pero que en ningún momento dejaron de ingresar dólares.

En la primera semana de octubre, el Central adquirió más de u$s 400 millones y las reservas líquidas y disponibles superaron los 26 mil millones de dólares.

De todas formas, el tipo de cambio sigue y seguirá en la banda de 2,90/3 pesos, y no hay peligro de una suba abrupta. Es más en la última semana el peso se devaluó de 2,90 a 2,94 pesos, pero -ojo- fue gracias a la mano lunga del Banco Central, que tocó la cotización a la suba.

Por otra parte, la tasa de interés pasiva sigue en niveles muy bajos y no hay señales de una suba importante a corto plazo. Los bancos están muy líquidos y probablemente el Central logre refinanciar los vencimientos de letras a igual tasa que un mes atrás.

En cuanto a la inflación resulta lógico que siga trepando. En un país con tipo de cambio fijo y tasa de interés pasiva en niveles del 6% anual, que resulta muy inferior a una inflación proyectada del 12% anual en el mejor escenario, es lógico que los agentes económicos opten por tener cosas y no ahorrar.

En la medida que el gobierno emita indiscriminadamente, tenga un tipo de cambio fijo, tasas de interés pasivas por debajo del nivel de inflación, un gasto público en aumento y no lleguen inversiones importantes, la inflación de dos dígitos está asegurada.

En este escenario toda baja será oportunidad de compra mientras el contexto internacional aguante. El índice Merval se pegó un gran resbalón, pero un resbalón no es caída y se espera que pasado el vencimiento del mercado de futuros y opciones irá por nuevos máximos por encima del nivel de 1.730 puntos.

Mucho más claro está por el lado de los bonos en pesos que se ajustan por inflación, ya que ante un incremento en el índice de precios el valor nominal de estos títulos aumenta, y la posibilidad de incrementar su paridad en plaza se potencia.

En definitiva, el contexto internacional manda. No se espera que los estadounidenses se suiciden incrementando desmesuradamente la tasa de interés, ya que no les conviene a ellos y menos al mundo emergente del cual Argentina es parte.
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