Ya eligió sus obras el IV Salón La Capital

La muestra abre el 28 de octubre con 50 de los 400 productos en concurso

Casi 400 propuestas de productos de diseño llegaron hasta las manos de los jurados convocados por la Fundación La Capital y el Museo de Bellas Artes J.B. Castagnino para realizar la preselección de las obras que se expondrán en el IV Salón La Capital, convocatoria que este año tiene por objeto la elección de productos de diseño artesanales y, a la vez, factibles de comercialización. El salón abrirá el próximo 28 de octubre en el Castagnino y se podrá visitar hasta el 6 de noviembre con unas 50 obras que superaron la preselección ya finalizada.

  Los ganadores del concurso accederán a un premio de 5.000 pesos y dos de 1.000 pesos, y junto a otros productos previamente escogidos, serán comercializados en la tienda del Museo de Arte Contemporáneo (Macro) y por el negocio especializado Purodiseño. Dolores Moreno, responsable de este comercio, precisó que las obras seleccionadas debían ser artesanales y no industriales: “Era necesario que fueran objetos, muebles o elementos decorativos vinculados con el diseño y no con la moda ni con los accesorios”. Abundaron así juegos de objetos, muebles y lámparas. “Buscamos que no sean copias, que sean diseños originales”, aseguró Moreno.

  Fernando Farina, director del museo Castagnino, dijo que la sociedad Castagnino-Macro-Purodiseño busca que los creadores tengan en su producción una oportunidad laboral: “No son productos para una exposición, por eso se contemplan costos y materiales y su posibilidad de comercialización”. Incluso, hasta se contempla que tengan un costo relativamente accesible; es decir, un objeto original que se pueda desarrollar en un serie corta y, a la vez, comercial.

  Mauro Guzmán, encargado de la tienda del Macro, otro de los sitios donde se comercializarán las producciones, afirmó que muchos proyectos son “buenas ideas que necesitan una vuelta de tuerca en su desarrollo”, para mejorar, por ejemplo, el packaging o el proceso de construcción.

  Como todo concurso, el Salón La Capital funciona como una vidriera, para que quienes “recién arrancan tengan dónde mostrarse. Es un salón promocional”, destacó Farina. “Si estos chicos fueran a una tienda con este proyecto, no los mira nadie. Queremos abrir oportunidades”, apuntó Moreno.

  Respecto del surgimiento de nuevas tendencias, la misma comerciante dijo que las producciones del interior son distintas a las de Buenos Aires. “La Capital (Federal) es una ciudad más contaminada de tendencias”, aclaró para explicar que “la mirada y las formas de vida condicionan las producciones artísticas”. Guzmán habló de un “cambio de miradas” al momento de seleccionar los objetos.

  Para que un producto llame la atención y entre exitosamente al circuito comercial, “ante todo debe ser original y después, comercial, porque se tiene que vender y destacarse del resto de opciones que hay en el mercado”, dijo Moreno. Así, para integrar el stock de Purodiseño, es necesario que los productos lleven un sello que los identifique como de creación argentina, contemplando no sólo al público local sino también a la gran cantidad de turistas que se acercan a Buenos Aires.

  Por su parte, Guzmán aclaró que en el Macro, la tienda “responde a un proyecto del museo, trabaja con artistas con producciones casi en el límite, entre obras y objetos de diseño, que se encuentran en un lugar bisagra para la difusión de los artistas locales”.