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 domingo, 09 de octubre de 2005  
Historias de la noche. Otra manera de enfrentar angustiosas crisis de soledad
Llegaron los programas de radio que ayudan a buscan pareja
Las audiciones que incentivan los contactos a través del éter reciben más llamadas de mujeres que de hombres

Pablo R. Procopio / La Capital

Son tímidos ante el contacto interpersonal, tienen menos tiempo para buscar pareja, miedo al rechazo y la autoestima muy baja. Por eso sólo se animan a tomar el teléfono y dejar sus datos con la esperanza de que alguien les responda. Llaman a la radio y esperan. Es gente de toda edad, pero básicamente mujeres que superan los 55 y que forman parte de un fenómeno que se instaló en Rosario.

Este nuevo medio de comunicación que fomenta la búsqueda de pareja durante las noches de los fines de semana, se ha convertido, a veces, en la única para un gran número de hombres y mujeres que anhela por todos los medios lograr compañía permanente o esporádica.

Es posible que este tipo de oyentes (y, a la vez, protagonistas de los programas radiofónicos) haya perdido o no conozca la gimnasia que otros practican: una invitación a tomar un café, los piropos callejeros, el encuentro en el colectivo, o estar a la caza hasta en el ámbito menos propicio.

Quienes pusieron al aire este tipo de audiciones parecen haber sido los primeros en necesitar de ellas. Al menos, dos conductores locales coinciden en eso. "Me había separado y comencé a conocer una problemática que no imaginaba", dice el locutor y periodista Claudio Corvalán ("Encuentros", sábados de 21 a 24 por Radio 2). En tanto, Alicia Oliva, trabajadora social especialista en contactos ("ConeXciones Rosario", sábados de 23 a 1 por FM Sensación 98.3) se inició en este ambiente tras cortar una relación "y no saber adónde ir", remarca.

"La idea prendió", agrega Corvalán, quien hoy, después de dos años, señala sentirse "sorprendido por la gran acogida por parte de la gente".

En efecto, se detiene en la cuestión del público y detalla: "Se le explicó que lo único que se pretendía era enaltecer la relación entre el hombre y la mujer, y el programa siempre se manejó por ese camino".

"Encuentros" llegó a tener más de 1.600 códigos, es decir la identidad registrada de igual número de participantes que salía al aire y podía ser llamado sólo por aquellas personas que también tenían un código.

Pero ese sistema ya no funciona. "En una oportunidad enviamos 200 invitaciones a estos oyentes para reunirlos en un salón, pero más de 100 fueron devueltas por el correo; nos dimos cuenta de que la gente daba datos falsos, ocultaba su verdadera identidad o su domicilio", dice Corvalán. Por eso, a partir de ese momento, el procedimiento de participación fue modificado, pero no la esencia del programa.

Ahora, la gente llama a un contestador donde deja su nombre o seudónimo, su perfil, sus gustos, sus intereses respecto de la búsqueda de pareja y un número telefónico, cuidando siempre en no expresar información sobre su posición económica y social.

En rigor, la audiencia no dialoga directamente con los conductores del programa (Mariela Reschini, además de Corvalán). Aunque el animador también lo justifica por el lado de no poder aguantar la carga emocional de quienes demandan compañía.

"Creo que hay que ser sincero con la gente y demostrarle que uno no está capacitado para manejar ciertas crisis de soledad", admite. Con el correr de los meses han sucedido varias situaciones que obligaron a hacer seguimientos especiales.

Es que la gente suele relatar sus problemas con pelos y señales y eso lleva consigo un peso emotivo enorme. "Hubo gente que ha llamado durante semanas casi desesperada por no recibir una respuesta de alguna pareja o haber participado sólo de un encuentro jamás repetido", relata Corvalán. "Tenés que ser una piedra para que eso no te parta el alma", confiesa luego.

Oliva, mientras tanto, dice "enfrentar" estas circunstancias. Su programa tiene un formato similar: una telefonista recibe los datos del oyente, completa una ficha estandarizada y se la entrega a la animadora quien la lee y hasta se anima a responder qué perfil le conviene al que busca un alma gemela. "Y si el interesado quiere, damos su teléfono al aire", comenta.

La gente se conoce y se enamora. Por lo menos así lo cree ella, también lectora (en su espacio de radio) de escritos diversos sobre encuentros, desencuentros, amores perdidos, soledades; "en fin, reflexiones", dice. Su intención es darle ánimo al público para elevarle la autoestima.

-¿Por qué llaman a la radio?

-Hay muchos factores. Uno es la falta de dinero; la gente no se puede comprar ropa para ir a una fiesta o una disco, no puede salir porque no le alcanza la plata para pagar el taxi o el boliche. Pero también hay gente petisa o gorda que se queda en su casa por vergüenza y no tiene otra opción. Y hay otros que tuvieron parejas hace tiempo y no saben cómo volver a empezar; eso también responde a una falta de autovaloración. Además, están los que tienen parejas informales y los sábados, por obvias razones, se quedan solos.

Según Oliva, el público "agradece los consejos" que recibe. "Somos una especie de terapeutas, les tiramos propuestas, les leemos textos de (Jorge) Bucay y Silvia Salinas. En el programa tengo también a un psicólogo (Gregorio Tisera) que contesta preguntas habituales sobre cómo desenamorarse, combatir la soledad o caerle bien a otra persona".

Este tipo de propuestas radiofónicas suele reunir a sus oyentes en cantobares o boliches, sitios propicios para fomentar contactos más fluidos o impulsar incipientes parejas. Según comentan sus impulsores, estos encuentros tienen "buenos resultados y se formaron parejas que ya llevan mucho tiempo de relación".

Cuando Corvalán empezó su programa, la audiencia estaba compuesta por "gente mayor, pero ahora llaman a partir de los treinta y pico". En este sentido, aunque el rango se haya expandido, ensaya una explicación: "Creo que el sábado a la noche es un día muy especial para la gente joven que sale a divertirse. En cambio los más adultos se quedan en su casa y si no tienen a nadie, se complica la historia y recurren a la radio".

Oliva, en tanto dice tener un público a partir de los 25 años. "Pero, si tuviera que marcar los que más llaman, no dudaría en decir que son mujeres de 55 años para arriba y muchos varones de 40", responde ante la pregunta de este diario.

"Vivimos en una sociedad eminentemente individualista y, a medida que va pasando el tiempo eso persiste; la gente tiene actitudes individualistas y los chicos no son la excepción: la computadora, que fomenta estas cosas con los juegos electrónicos, y la falta de seguridad hacen que los padres no dejen a los chicos andar solos por ahí".

Tanto es así que la individualidad de la informática también se convirtió en una herramienta muy actual para ejercer la búsqueda de un amor o una simple compañía. Muchas personas que se conectan diariamente a internet pueden dejar su perfil en algún portal y luego revisarlo hasta detectar a alguien interesante.

En cualquiera de estos sitios se pueden hallar los más variados candidatos, por lo que la tecnología logra acortar todo tipo de brechas. Algo tan novedoso como preocupante si se piensa al hombre moderno como quien debe valerse de estas ayuditas para poder encontrar algo que debería ser mucho más natural.


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