Hermes Binner: "Debemos volver al pensamiento de la ley 1420"

Candidato del Frente Progresista Cívico y Social

1-A la hora de pensar en el presupuesto, considero que básicamente hay que pedir que haya una justicia distributiva en las universidades argentinas. Se han creado, en los últimos años, universidades nuevas, que son muy valiosas, pero los aportes presupuestarios no son proporcionales a las matrículas, ni a los proyectos de investigación y al crecimiento que muestran. También coincidimos en el pedido conjunto que hicieron (a principio de este año) los diputados de los distintos partidos políticos en apoyo a la demanda de la UNR. Es que la universidad nos incluye a todos. No debemos olvidarnos que somos hijos de la universidad de la Reforma, y que si bien la politización de sus hijos nos ha colocado en lugares diferentes, no podemos desconocer que de allí provenimos.

2-Hay que volver al pensamiento sarmientino de la ley 1420 y diseñar una currícula conforme a ese pensamiento. No hablo de centralizar la educación, sino de una descentralización que posibilite llevar una propuesta única a todo el país. La ley 1420 permitió la integración de todos los que vivían en el territorio argentino, fueran nativos o inmigrantes. Es decir, tenía un fuerte sentido de inclusión, lo cual posibilitó identificar y unir al país. Habría que pensarlo entonces en el mismo sentido con los excluidos. Por eso es que sostenemos una idea de educación vinculada con la inclusión social. Y para concretar esta concepción pienso que hay que modificar la ley, pero esta vez con la participación de los docentes. Vale recordar que cuando se impuso esta norma (federal), ya sabíamos que había fracasado en España y de todas maneras se siguió adelante y se implementó acríticamente. Hoy, pensar en la aplicación de una ley sin consultar a los docentes sería un grave error. La participación de los educadores es imprescindible, sobre todo porque, como sostuvo Alfredo Palacios, "lo que en la realidad no existe la ley no lo crea".

3-La idea de "docentes de calidad para una educación de calidad" se alcanza atendiendo a la formación de formadores. Esto tiene que ver con un concepto inspirado en el normalismo, pero también con una idea de educación continua, que es la que necesita el docente para ejercer su tarea. En tanto que las mejoras en el salario representan una demanda gremial que hay que atender, porque en definitiva se corresponde con un pedido para responder en el proceso educativo. Lo cual, además, implica un llamado de atención para que la sociedad le dé la importancia que merece a la educación, ya que ésta es una de las grandes impulsoras del desarrollo económico y el progreso social de un país.

4-Instalar el tema educativo en la vida cotidiana. Las últimas declaraciones de las organizaciones empresariales vuelven a atender a la educación pública como uno de los elementos fundamentales para el desarrollo, creo que habría que aprovechar estas fuerzas como la de todos los sectores sociales que hoy están demandando una buena educación. Aprovecharlas para ponerla en escena. Hay que hablar de educación, es una de nuestras grandes posibilidades de despegue social, junto con el trabajo. Una y otro son dos propuestas que permiten la inclusión social. Por eso insisto en que hay que instalar el tema educativo en el debate político y no dejarlo como un problema de los docentes, de los padres o los niños. Es de la sociedad en su conjunto. Vemos bien que se incorpore mayor valor al PBI para la enseñanza, pero esto no alcanza, porque no es sólo un problema de dinero, sino conceptual y debe permear a toda la sociedad.