Entre sospechas y méritos

De un lado, el sólido y convincente Newell's y sus inmejorables chances de consagrarse como el indiscutible campeón. Del otro, Independiente y sus innumerables problemas a cuestas. Los de siempre y los de los últimos días, en que recibió la visita de los barras. Y un poco más allá, las malditas sospechas, las de siempre, las que surgen en los tramos decisivos de las competencias argentinas; esas suspicacias que sostienen que un empate los conformaría a los dos: a Newell's para ser campeón, y al Rojo para cerrar una campaña olvidable desde cualquier punto de vista.

En este sentido hay varios datos que sostienen esta desconfianza. La amistad entre las dos hinchadas; los barras del Rojo que apretaron en la semana a los jugadores del Diablo para que "no se les ocurra ganar" hoy. De hecho, estos mismos barras pidieron las instalaciones del club rojo para compartir un asado con sus amigos de Newell's y la dirigencia del Diablo se las negó. Y, por supuesto, la conveniencia por el resultado, que le cae bien a los dos. Así lo dicen las matemáticas.

Los jugadores rojos negaron en la mayoría de los casos la visita de los barras, en otros minimizaron los efectos, y el discurso unánime de ellos es que saldrán a ganar por la camiseta y por la historia. Desde la dirigencia roja ofrecieron, a modo de incentivación, premio doble por este partido. Pero en este contexto de sospechas, que sólo será desterrado con una victoria de los rojos, no habría que dejar pasar por alto otros datos. Tan relevantes como los anteriores, por cierto. Que están vinculados al juego. Como por ejemplo, que Newell's es el cómodo líder del torneo (36 puntos) y que el rojo está penando en el puesto 16 de la tabla, con 20 puntos. Que los rojinegros perdieron sólo dos partidos y que el Diablo hace 7 cotejos que no consigue una victoria (4 derrotas y 3 empates).

Entonces, y sin que esto resulte determinante, ¿cuál es el resultado más lógico que podría caber? ¿El triunfo de Independiente? Porque todo se centralizó en la actitud que asumirán los jugadores del Rojo. Nadie reparó en su paupérrimo presente. Ni tampoco en los méritos que acumuló Newell's. Esto no pretende convalidar -ni invalidar- las sospechas ni los rumores que flotan en el ambiente, sino simplemente dejar expuestas las realidades de uno y otro. Al fin, por sus méritos Newell's está en el umbral de ser campeón y el Rojo pelea por encontrar el rumbo que perdió hace rato.