Varios intendentes del conurbano también le dieron la espalda al caudillo provincial

Duhalde asumió, renunció y Solá gritó ausente en el PJ bonaerense

El ex primer mandatario le cedió la titularidad partidaria a Díaz Bancalari. Bronca contra la dirigencia del felipismo

El día en que Eduardo Duhalde iba a reafirmar su poder en el peronismo bonaerense, dándose incluso el lujo de cederle la conducción partidaria a un dirigente de su riñón, se vio empañado por la decisión del gobernador Felipe Solá y de varios intendentes de no asistir en señal de disconformidad con la dirigencia duhaldista.

Cuando la nominación de Duhalde y su posterior renuncia para cederle el cargo al titular del bloque de diputados, José María Díaz Bancalari, parecía un mero trámite, las diferencias entre duhaldistas y felipistas eclosionaron.

El presidente Néstor Kirchner tuvo un fuerte gesto político hacia Duhalde al enviar en representación suya al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y al ministro de Interior, Aníbal Fernández, y destacó la labor del bonaerense como conductor partidario.

Marginado de la conducción justicialista, Solá resolvió no asistir junto a sus 12 consejeros y sumó en esta movida a tres importantes jefes comunales: Alberto Balestrini (La Matanza), Julio Alak (La Plata) y Raúl Othacehé (Merlo).

Esta decisión y la irrupción cuando promediaba el acto de los funcionarios nacionales hizo que los duhaldistas se sintieran acompañados por el kirchnerismo, dejando al felipismo aislado en la contienda que se abrirá entre ambos sectores bonaerenses con vistas a las elecciones del próximo año.

Othacehé era el primer consejero electo por la primera sección electoral, mientras que Balestrini rechazó integrar la conducción cuando Duhalde le cedió el puesto de primer consejero por la tercera sección electoral a Juan José Mussi, jefe comunal de Berazategui.

Por su parte, Alak rechazó sumarse a la nueva conducción porque iba a ser nominado como vicepresidente segundo -un cargo decorativo- y debía cederle la secretaría general al intendente de Avellaneda, Baldomero Cacho Alvarez de Oliveira.

Igualmente, Solá se comunicó ayer con Duhalde y le explicó los motivos por los cuales no iba a asistir al conclave de ayer. "La charla fue en muy buenos términos, tengo muy buena relación con Duhalde, y eso está por encima de cualquier cosa", les dijo Solá a los dirigentes de su sector.

Precisamente la relación con el ex presidente es algo que Solá quiere preservar, y repitió ante sus colaboradores un latiguillo de la dirigencia: "Duhalde no es lo mismo que los duhaldistas".

Con ese objetivo Solá le envió una carta a Duhalde a la reunión de San Vicente a la espera de que fuera leída en el pleno, algo que no ocurrió.

En su misiva, Solá destacó la actitud de Duhalde "de haber asumido la responsabilidad y el riesgo de restablecer la autoridad y conducir el gobierno cuando todos los pronósticos eran negativos y la posibilidad más firme era la de ser arrastrado hacia una catástrofe político-institucional de consecuencias imprevisibles".

Asimismo, destacó que "lo que transforma a un hombre político en un hombre de Estado son tres virtudes inseparables: la inteligencia, el coraje y la generosidad".

En su discurso, Duhalde también se puso por encima de las disputas y le recomendó a la nueva conducción partidaria alinearse sin condiciones con las políticas del presidente Néstor Kirchner y el gobernador Solá.

"Quiero darles un consejo: el PJ tiene la oportunidad de sacar el país adelante, no debemos caer en las trampas que nos tienden los adversarios políticos. Somos el partido de los gobiernos nacional y provincial, hay que brindarle un apoyo contundente a Kirchner y a Solá", afirmó Duhalde.

Desatado ya el conflicto, circulaban los análisis de la situación. Para el felipismo, las ausencias de Solá, Balestrini, Alak y Othacehé "le quita legitimidad a la conducción".

Desde otra óptica, un dirigente duhaldista aportó otro análisis: "Es la oportunidad de Duhalde de barajar y dar de nuevo en el armado de la conducción".

Para este dirigente, la estrategia de Solá es similar a la adoptada por el kirchnerismo en relación con el congreso nacional justicialista del 26 de marzo pasado, cuando vació la conducción obligando a varios gobernadores a renunciar a sus cargos.

Pero más allá de su carta, Solá se reunió con el intendente de La Plata, Julio Alak, y los 12 consejeros felipistas y resolvieron romper los puentes con el duhaldismo.

Dirigentes que participaron de ese encuentro confiaron que después de fin de año, el felipismo comenzará a evaluar la posibilidad de enfrentar al duhaldismo en los comicios para nominar a legisladores nacionales y provinciales, aún sin fecha.

"Si estos dirigentes continúan con su actitud de hacer todo a puertas cerradas, a espaldas de la gente, entonces nos vamos a ver obligados a enfrentarlos. Pero nosotros vamos a armar nuestra lista de cara a la gente", dijo un intendente del interior provincial.

Funcionarios del gabinete de Solá fueron más duros: "En estos tres años en que Duhalde y Kirchner tuvieron que sacar al país de la crisis más grande y nosotros afrontamos problemas difíciles en la provincia, el PJ bonaerense no existió, no aportó ni una idea".

Afloraron las diferencias en el PJ.