| sábado, 04 de diciembre de 2004 | Muerte, desolación y hambre en Filipinas Las aguas retrocedieron ayer en Filipinas, luego del paso de varias tormentas y fuertes lluvias que causaron más de 1.100 muertos, pero miles de habitantes aún no han recibido ayuda, padecen hambre y se han convertido en blanco de enfermedades. Los soldados enterraron casi 100 personas que murieron en los deslaves en la provincia de Aurora, en el norte del país, mientras el tifón Nanmadol, que dejó 35 muertos, se desplazaba hacia el norte con dirección a Taiwán. El tifón agravó la miseria de miles de filipinos en el norte, que se quedaron sin hogares por los deslaves y las inundaciones de otras tormentas esta semana que dejaron unos 1.000 muertos o desaparecidos. (Reuters)
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