| miércoles, 29 de septiembre de 2004 | | [email protected]
-Hoy comencé el día escuchando cantos gregorianos Inocencio. ¿Sabía usted que los cantos gregorianos armonizan la actividad cerebral, la relajan y ayudan a combatir el estrés?
-Algo de eso había escuchado, ¿pero será cierto Candi?
-Hay estudios científicos que demuestran que la música influye sobre el estado emocional y cada vez avanza más la musicoterapia. Ciertas melodías son usadas para reparar daños cerebrales, apoyo en el proceso del parto en las mujeres, aumentar la creatividad y la capacidad de resolver problemas, disminuir la ansiedad, mejorar la autoestima y manejar el estrés, entre otras cosas.
-Ya que hablamos hoy de salud y bienestar le diré que el médico naturalista y hermeneuta conocido vulgarmente como Paracelso, allá por el siglo quince, compuso siete reglas de oro para que el ser humano estuviera bien. Entre ellas destaco las siguientes: "Desterrar absolutamente de tu ánimo, por más motivos que existan, toda idea de pesimismo, rencor, odio, tedio, tristeza, venganza y pobreza. Huirás como de la peste de toda ocasión de tratar a personas maldicientes, viciosas, ruines, murmuradoras, indolentes, chismosas, vanidosas o vulgares e inferiores por natural bajeza de entendimiento o por tópicos sensualistas que forman la base de sus discursos u ocupaciones. La observancia de esta regla es de importancia decisiva: se trata de cambiar la espiritual contextura de tu alma. Es el único medio de cambiar tu destino, pues este depende de nuestros actos y pensamientos. El azar no existe".
-Dijo un amigo: si aplicamos esta regla para que se cumpla hoy en día nos tenemos que ir a la isla.
-Añade: "Haz todo el bien posible. Auxilia a todo desgraciado siempre que puedas, pero jamás tengas debilidades por ninguna persona. Debes cuidar tus propias energías y huir de todo sentimentalismo. Hay que olvidar toda ofensa, más aún: esfuérzate por pensar bien del mayor enemigo. Tu alma es un templo que no debe ser jamás profanado por el odio. Todos los grandes seres se han dejado guiar por esa suave voz interior, pero no te hablará así de pronto, tienes que prepararte por un tiempo; destruir las superpuestas capas de viejos hábitos, pensamientos y errores que pesan sobre tu espíritu, que es divino y perfecto en sí, pero impotente por lo imperfecto del vehículo que le ofreces hoy para manifestarse, la carne flaca".
-¿Qué más dice Paracelso?
-Otra de las reglas: "Debes recogerte todos los días en donde nadie pueda turbarte, siquiera por media hora, sentarte lo más cómodamente posible con los ojos medio entornados y no pensar en nada. Esto fortifica enérgicamente el cerebro y el espíritu y te pondrá en contacto con las buenas influencias. En este estado de recogimiento y silencio, suelen ocurrírsenos a veces luminosas ideas, susceptibles de cambiar toda una existencia. Con el tiempo todos los problemas que se presentan serán resueltos victoriosamente por una voz interior que te guiará en tales instantes de silencio, a solas con tu conciencia". Ese es el daimon del que habla Sócrates.
Y otra de las reglas se la digo yo: jamás temas a los hombres ni te inspire sobresalto el día de mañana. Ten tu alma fuerte y limpia y todo te saldrá bien. Jamás te creas solo ni débil, porque hay detrás de ti ejércitos poderosos, que no concibes ni en sueños. Si elevas tu espíritu no habrá mal que pueda tocarte. El único enemigo a quien debes temer es a ti mismo. El miedo y desconfianza en el futuro son madres funestas de todos los fracasos, atraen las malas influencias y con ellas el desastre. Si estudias atentamente a las personas de buena suerte, verás que intuitivamente observan gran parte de las reglas que anteceden. Jamás te quejes de nada, domina tus sentidos; huye tanto de la humildad como de la vanidad. La humildad te sustraerá fuerzas y la vanidad es tan nociva, que es como si dijéramos: pecado mortal contra el Espíritu Santo.
-Ahora me pregunto: ¿podrán estas hermosas reglas prácticas contra las malas ondas y peores acciones de los conocidos de siempre?
Candi II | | | | "Es muy bueno que las empresas tengan muchas rentabilidad, pero hay que saber compartir, no como en los 90". Néstor Kirchner Presidente de la Nación. | Ver noticia | | |