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 sábado, 25 de septiembre de 2004

Mientras el gobierno analiza medidas para extender el uso de coberturas, las compañías ajustan estrategias para ganar posiciones en el mercado
El seguro agrícola quiere crecer en la próxima campaña
El 40% de la superficie cultivada en Argentina está asegurada. Preocupa la carga impositiva

Patricia Martino / La Capital

Nada mejor que contar con un paraguas los días de lluvia, y nada mejor que contar con una cobertura por si las condiciones climáticas no son favorables para el crecimiento de los cultivos. Pero en la Argentina sólo el 40% de la superficie agrícola, 11 millones de hectáreas, está cubierta por seguros agropecuarios.

La falta de desarrollo del sector en el país está marcada por dos limitaciones, una tiene que ver con la alta carga impositiva, el IVA representa entre 21 y 27% de la prima, y la otra con la falta de información para identificar y evaluar el impacto de la variable climática sobre los cultivos a través de mapas de riesgo climático. Además, a este escenario hay que sumarle que, en general, los productores consideran al seguro como una carga extra que diminuye sus ingresos en lugar de catalogarlo como una herramienta que puede aliviar un dolor de cabeza si los vaivenes del tiempo no acompañan.

Para los especialistas este último punto puede encontrar solución en la buena rentabilidad que atraviesa el campo argentino, a pesar de que los hombres del campo se quejen por las retenciones la actividad tiene una dinámica más que interesante y pueden afrontar los costos de un seguro agropecuario.

Con la llegada de la cosecha gruesa los productores agropecuarios vuelven a enfrentarse al dilema de tener que decidir si tomar o no una cobertura para protegerse de situaciones indeseadas. Los cierto es que de la media nacional, fijada en un 40% de la superficie sembrada, en Santa Fe el número disminuye a 17%, mientra que Córdoba sube a 35%, Buenos Aires queda en 28% y Entre Ríos en 5%, según datos de la Secretaría de Agricultura de la Nación.


La carga impositiva
El subsecretario de Producción Agroalimentaria de Santa Fe, Daniel Costamagna, sentó posición sobre la carga impositiva: "El seguro agrícola no debería tener IVA". Consideró que "hay que trabajar en una mayor implementación de superficie asegurable" y mencionó que "el hecho de que el precio de los granos y oleaginosas se haya vuelto interesante da lugar a la implementación del seguro como un costo más dentro de la empresa agropecuaria".

"Es indispensable que se supere el porcentaje que hoy existe en la provincia y en todo el país. Para que esto ocurra los seguros agrícolas deberían estar exentos del IVA (hoy oscila entre 21 y 27%) y sus primas deberían ser bonificadas", indicó el referente santafesino.

Costamagna, asimismo, sostuvo que "hay que desalentar la agricultura en las zonas que tienen alto riesgo de inundación porque esta situación genera un alto riesgo financiero para el productor, para la provincia por la falta de recupero de impuestos provinciales y para la sustentabilidad del recurso natural a raíz del escurrimiento del agua".

Las aseguradoras, por su parte, no miran con buenos ojos a los productores que tienen sus tierras en zonas riesgosas. El seguro cubre un hecho incierto -aseguran- y si se conoce de antemano que algo va a ocurrir no se cumple con esta lógica.

El funcionario provincial abogó por una mayor utilización del seguro multirriesgo pero remarcó que este tipo de cobertura "es cara" en el mercado y, además, no está internalizada en el productor. "El hombre de campo le tiene miedo al granizo y no se fija en otros problemas, los riesgos de cosecha se han minimizado y los de sequía se adoptan como un riesgo más dentro del negocio", señaló.


Análisis nacional
A partir de una iniciativa conjunta entre la Oficina de Riesgo Agropecuario dependiente de la Secretaría de Agricultura de la Nación y la Subsecretaria de Servicios Financieros del Ministerio de Economía, la Superintendencia de Seguros de la Nación realizó una encuesta sobre la situación de los seguros agropecuarios.

El análisis determinó que del total de la torta de tipos de coberturas tomadas por los empresarios agropecuarios el 5% optó por el multirriesgo, mientras que el 51% por granizo y el 44% por granizo con adicionales.

La encuesta, que se realizará anualmente, determinó que el capital asegurado alcanzó los 7.353 millones de pesos en la última campaña y que las primas estuvieron repartidas en los siguientes cultivos: oleaginosas 58%, cereales 37% y perennes (tabaco, vid, cítricos) 5%.

La Nación sostiene que la cobertura a través del seguro constituye un elemento esencial dentro del manejo integrado del riesgo agropecuario y, en este sentido, sostiene que resulta imprescindible implementar un plan de acción dirigido a expandir y profundizar el mercado de seguros agropecuarios, de modo de alcanzar a un mayor número de productores, en las distintas zonas del país y para las diferentes actividades agropecuarias.

Por otra parte, en el informe se menciona que la ausencia de información adecuada para la evaluación del riesgo, la oferta escasa y poco diversificada de coberturas y la inadecuada extensión de las coberturas opera hacia adentro del sistema, alimentando un círculo vicioso. Existe una amplia variedad de riesgos para los que no hay oferta en el mercado asegurador argentino.

Al no contar con una escala adecuada de sus carteras de coberturas, las empresas aseguradoras no puede distribuir los riesgos de forma eficiente, lo cual obliga a limitar las áreas y riesgos cubiertos. Esta circunstancia, sumada al desconocimiento del riesgo de las actividades agropecuarias en cada región, impactan sobre los costos de la primas, las cuales no guardan a menudo relación con el riesgo climático existente. El tema costos funciona como una traba y frena al productor a la hora de tomar una cobertura.

El encarecimiento de las coberturas implica una menor demanda de seguros por parte de los productores, quienes en muchas ocasiones deciden asumir el riesgo de sus actividades. Para la secretaría de Agricultura estas constituyen algunas de las principales dificultades que enfrenta el sector de seguros agropecuarios.

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